Las joyas de una ciudad provinciana, devenida en gran metrópolis regional, como lo es Guadalajara, son sus barrios y colonias, sus componentes esenciales. Todos muy distintos entre sí, cada uno, a su manera, valioso. Se han de cuidar, en beneficio de sus residentes, pero, sobre todo, de la ciudad en su conjunto, a la que dan su carácter, atractivo y habitabilidad.
La Colonia Providencia es uno de estos espacios. Fundada hacia finales de los años 60, es hoy un barrio amable, vibrante y de calidad. Es indispensable cuidar y apoyar a sus vecinos, porque la clave de la vida -y sobrevivencia- de barrios y colonias, es precisamente que estén habitados. Es lo que les da esa sensación de seguridad y confianza.
En Providencia, como en toda la ciudad, hay robos, asaltos y temor, el mal nacional, lo sabemos. Pero, aun así, es un sitio agradable y benigno para vivir. Esta “habitabilidad” es la que hay que encauzar y proteger. Será difícil limitar o evitar que surjan más oficinas en la colonia, de menos, que paguen por sus permisos una aportación justa. Para que, a sus moradores, los que viven en las viejas casas, pueda reducírseles el pago de prediales, e incluso, otorgarles los incentivos fiscales posibles para favorecer su permanencia en la colonia.
Fuera de algunas avenidas, en Providencia no deben promoverse torres demasiado altas o densas que provoquen desequilibrios urbanos, rompiendo la imagen barrial. Mejor encauzar un crecimiento matizado en sus casas, crecerlas uno o dos pisos, para que los descendientes de los vecinos permanezcan en su barrio. Está bien que haya algunos, o muchos, cafés y restaurantes, hasta bares, siempre y cuando sean tranquilos y respetuosos. Habrá que evitar, con mano dura, los que atenten contra la paz y la salud vecinal.
Y, cuidar y mejorar su red de parques y espacios verdes que le dan tanta vida, el Parque de Francia, atrás de la Parroquia La Madre de Dios, el de Italia en la Avenida Montevideo, el propio parque lineal de esta vialidad, el Parque Silvano Barba del pequeño acueducto, y todos los demás. Cuidemos Providencia, y todos los barrios y colonias de la ciudad. Son la base y esencia del presente y futuro de Guadalajara.
