Política

Salud, oportunidades y bienestar para abuelos

  • Columna de José Antonio Meade Kuribreña
  • Salud, oportunidades y bienestar para abuelos
  • José Antonio Meade Kuribreña

Cuando yo era niño no se celebraba en México el Día del Abuelo. Será que, en la década de los años 70 México estaba volcado en sus niños y en sus jóvenes. Pero los abuelos siempre han tenido un papel central en las familias de nuestro país, y nuestros adultos mayores cada vez forman una parte más grande de la sociedad entera.

México ha avanzado mucho en materia de salud y, consecuentemente, de expectativa de vida. En 1930, los mexicanos solían vivir apenas 41 años. De acuerdo con estimaciones del Consejo Nacional de Población, la esperanza de vida alcanza hoy 75 años y en 2030 llegará a casi 78. En 2050, más de 20 por ciento de los mexicanos tendremos más de 60 años.

Esas son magníficas noticias, pero también presentan grandes desafíos para las personas, para la sociedad y para el gobierno. Los cambios demográficos exigen de los individuos y de las comunidades una reinterpretación de la vejez.

En 1979, cuando se creó el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores, el Inapam, la gente esperaba vivir 6 años como adulto mayor. Hoy en día, mientras sigamos considerando los 60 años como el inicio de la vejez, esa expectativa es de cuando menos 15 años. Es más tiempo que el que pasamos como niños o como adolescentes.

Hay que celebrar la forma en que se ha ampliado la esperanza de vida en México. Sin embargo, 15 años es demasiado tiempo si se vive en pobreza, sin actividad, con problemas de salud. Es demasiado tiempo si se vive aislado, marginado, discriminado, si se pasa hambre, si se padece demencia.

La esperanza de vida ha aumentado, pero las oportunidades de empleo para los adultos mayores no han crecido a la par. Las empresas difícilmente contratan a adultos mayores e incluso a adultos de mediana edad. Las estadísticas muestran que conseguir empleo es crecientemente difícil, ya desde los 45 años.

Parece que hemos olvidado que el trabajo, la actividad, lo que hacemos por los demás, es lo que en realidad conforma nuestra vida. Mi abuelo materno, abogado y escultor, siempre tuvo clara, y me dejó clara, la importancia de cultivar diversos intereses, mantenernos productivosy disfrutar nuestros quehaceres a lo largo de la vida. Mi abuelo paterno, contador, bohemio y gran jugador de dominó, también dejó su huella en mí. Y mis dos abuelas fueron pilares de sus familias, a las que dieron cariño, orden y estructura. Con su dedicación y generosidad hicieron de sus hijos hombres de bien. Mi familia recoge hoy lo que ellos sembraron.

La falta de actividad tiene efectos perniciosos en la calidad del envejecimiento. Por una parte significa menos años de salario, menos ahorro y pensiones más bajas. Por otra parte, la inactividad también se asocia a aislamiento social, depresión y falta de estimulación.

Unos 4.2 millones de adultos mayores de 65 años (45.9% del total)vivían en pobreza en 2014 (según datos del Coneval). Además, 66% de los mayores de 60 años están desempleados y a 1.3 millones de personas adultas mayores les gustaría conseguir un empleo (Enoe).

En la Secretaría de Desarrollo Social estamos trabajando por mejorar las oportunidades y la calidad de vida de los adultos mayores. Aquí incluyo solo algunos ejemplos.

Estamos buscando romper los prejuicios y crear incentivos para que las empresas aprovechen la experienciay la lealtad de los adultos mayores. También estamos trabajando para dar una pensión a los adultos mayores que carecen de ella. Hasta el momento hemos logrado apoyar a más de 83% de los mayores de 60 años que en 2014 declararon no tener ingresos.

De manera paralela ofrecemos espacios que contribuyen a mejorar la alimentación de los adultos mayores. Cinco mil 149 comedores comunitarios brindan alimentos sanos, variados y suficientes a más de 545 mil personas. Entre ellas, 59 mil 149 personas de 65 años o más.

Por medio del Inapam apoyamos a los adultos mayores obteniendo descuentos en la compra de bienes y servicios; poniendo a su disposición centros culturales, clubes y otros espacios que les permiten mantenerse activos y, crecientemente, brindándoles orientación y apoyo para que puedan regresar, si lo desean, al mercado laboral.

El envejecimiento de la población es una buena oportunidad para que la sociedad entera dé un nuevo significado al paso del tiempo y la longevidad. Es una gran ocasión para fomentar una cultura de prevención y ahorro, para ampliar el horizonte de vida laboral, para fortalecer la atención a los adultos mayores que tiene alguna discapacidad. En síntesis, para enriquecer la idea de nuestra vejez con realismo y también con optimismo.

Desde la perspectiva del gobierno, el cambio demográfico permite y obliga a reorientar las políticas públicas. El desafío no es menor, pero los avances son innegables. En México hay cada vez más atención, salud y oportunidades para nuestras abuelas y nuestros abuelos.

Este 28 de agosto felicito afectuosamente a nuestros adultos mayores, y reitero el compromiso de la Secretaría de Desarrollo Social con sus derechos y su bienestar.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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