Política

Tan lejos de Dios…

  • Nueva República
  • Tan lejos de Dios…
  • Jorge Torres Castillo

La frase atribuida a Porfirio Díaz —“¡Pobre México! Tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”— sintetiza con precisión la posición histórica de nuestro país en la geopolítica continental. 

Esa vecindad, aunque ha aportado beneficios económicos, también ha traído presiones políticas constantes y, en más de una ocasión, pérdidas irreversibles.

En 1848, México fue obligado a ceder más de la mitad de su territorio: California, Nevada, Utah, Arizona, Nuevo México, Texas y partes de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma. Territorio inmenso, rico en recursos, que cambió para siempre el mapa continental. 

A cambio, Estados Unidos pagó 15 millones de dólares, que hoy equivaldrían a unos 600 millones, según el Tratado de Guadalupe Hidalgo. En 1854, con la Compra de La Mesilla, se entregó aún más.

No fue solo geografía. Fue identidad, dignidad y proyecto de nación. Familias enteras quedaron partidas por una frontera impuesta. 

Comunidades indígenas fueron separadas de su territorio ancestral. Y un Estado debilitado quedó con la tarea de reconstruirse bajo la sombra de un vecino que nunca ha dejado de ejercer presión.

Han pasado 177 años y la herida sigue abierta. La cercanía geográfica, hoy como ayer, implica riesgos permanentes. 

Este jueves, la llamada entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el presidente de Estados Unidos evitó, por ahora, el impacto de aranceles del 30 % que entrarían en vigor el 1 de agosto. México consiguió una prórroga de 90 días. 

Se mantendrán los gravámenes actuales y se eliminarán algunas barreras no arancelarias, con negociaciones abiertas.

El territorio perdido en 1848 equivale a más de dos millones de kilómetros cuadrados, una extensión que hoy sostendría economías completas. 

El acuerdo arancelario de este jueves, aunque temporal, demuestra que las presiones no son historia antigua: la disputa por espacio, recursos y ventaja económica sigue viva. 

La soberanía no se defiende con discursos, sino con fortaleza interna, cohesión nacional y firmeza para enfrentar intereses externos. 

En política exterior, la ingenuidad se paga caro. 

Como escribió Víctor Hugo: “El futuro tiene muchos nombres: para los débiles es lo inalcanzable, para los tímidos es lo desconocido, para los valientes es la oportunidad”.


torrescastilloj@yahoo.com.mx

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.