Cultura

Vargas Llosa desfasado

  • La Feria
  • Vargas Llosa desfasado
  • Jorge Souza Jauffred

Cuestionada severamente por más de cien intelectuales —entre ellos Rosa Montero, Juan Villoro y Jorge Volpi—que señalan la falta de paridad de género en el evento, comenzó la bienal de novela Mario Vargas Llosa, el lunes en Guadalajara.

Un día antes, el neo liberalismo había sido defendido por varios de sus principales exponentes, en el Foro Internacional “Desafíos a la Libertad en el Siglo XXI”, entre ellos Enrique Krauze, (coorganizador del evento y crítico del “hampa periodística”, quien sin embargo habría recibido 144 millones de pesos del gobierno de Peña Nieto), Héctor Aguilar Camín y Jorge Castañeda, por citar a algunos.

El foro lo abrió Vargas Llosa con un discurso lamentable, que lo muestra muy lejos del autor que tanto admiramos alguna vez,

Sin restar mérito a sus grandes novelas, quedamos sorprendidos por sus palabras. Dijo, y quedó grabado, que Chile avanza hacia el desarrollo por obra de Pinochet: ya que “es un país que ha prosperado extraordinariamente {…} gracias fundamentalmente a unas reformas económicas que se hicieron durante esa dictadura, y que luego tanto la izquierda como la democracia han tenido la lucidez de mantener”.

Es cierto que esos “avances” tuvieron un precio, porque, como Vargas Llosa reconoció, se trató de una dictadura “que pisoteo los derechos humanos, que encarceló, asesinó, torturó a los disidentes”.

Pero tuvo más elogios para las reformas “económicas” de Pinochet, cuyo gobierno asesinó a más de 40 mil personas: “es el modelo que todas las democracias del mundo que han verdaderamente prosperado, avanzado en el campo de la libertad que es una sola, han sabido mantener todos estos años con beneficios realmente extraordinarios para el país.”

Sospeché que algo raro pasaba con Vargas Llosa cuando, al recibir el Nobel y hablar de su esposa, le ganaron las lágrimas; pero, semanas después, le pidió el divorcio y sacó a la luz su relación con la ex de Julio Iglesias, Isabel Preysler.

Volví a sospechar cuando criticó la entrega del Nobel a Bob Dylan, y no tanto por su oposición, sino por los argumentos que esgrimió: vacíos y superficiales.

Ahora no me queda duda, Vargas Llosa nos entregó un discurso ajeno a una nueva visión de la realidad. Un discurso donde no existen los millones de miserables que habitan, por ejemplo, en las favelas de Brasil, en los países de Centroamérica o en las ciudades de México. No, para él lo importante es “la libertad”, en abstracto, sin que signifique equidad en la dignificación de la vida de los ciudadanos.

Decir que las reformas económicas de Pinochet, construidas sobre la tortura y el extermino, constituyen el mejor modelo del mundo, nos muestra a un nuevo Vargas Llosa, hundido en un discurso desgastado, extraviado, tan fuera de lugar como la organización de su evento, donde el concepto de género está ausente: trece hombres, tres mujeres, los panelistas. Qué lástima.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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