Cultura

Un gobierno sin publicaciones

  • La Feria
  • Un gobierno sin publicaciones
  • Jorge Souza Jauffred

A más de un año de comenzar su gestión, el gobierno de Jalisco, no tiene programa de publicaciones.

Resulta paradójico que nuestro estado, cuna de escritores como Arreola, JRulfo, Yáñez, Azuela, José Luis Martínez, González Martínez, Elías Nandino y Gutiérrez Vega, no tenga un programa de publicaciones. Y ni idea.

La nueva administración ha dado a entender que busca caminos nuevos (“profesionalizados”) para la actividad cultural, pero en esos caminos, hasta ahora la literatura ha sido dejada a un lado. A diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en el Estado de México, Aguascalientes o Zacatecas, la secretaría de Cultura no ha dado a conocer un esquema de actividades literarias, consistente y sólido.

Los programas de letras y publicaciones, ricos en años anteriores, se redujeron a unas cuantas lecturas y presentaciones en uno de los pequeños y escondidos salones del segundo piso del edificio Arroniz — a las que concurre una decena de personas que logra averiguar dónde— así como a dos o tres actividades carentes de difusión. Y de los libros nada.

Es la primera vez en medio siglo que eso ocurre.  Pero no es extraño, dado el desinterés por la literatura (mataron, por ejemplo, los Miércoles Literarios, con 40 años de existencia y un valor patrimonial intangible innegable).

Aún antes de 1971, cuando se creó el Departamento de Bellas Artes de Jalisco (el DBA, antecesor de la Secretaría de Cultura) el gobierno ya editaba diversas colecciones.

En los años setenta, el DBA se significó por realizar una trascendente actividad literaria. Juan Francisco González, el jefe del DBA, trajo a Elías Nandino a coordinar los talleres literarios de la Casa de la Cultura (la primera casa de este tipo en el país, creada por Agustín Yáñez), y generó colecciones de libros que son valiosos puntos de referencia para lectores e investigadores. Más cerca, encontramos, por parte de la Secretaría de Cultura a cargo de Sofía González Luna, valiosos libros realizados con Luis Manuel Cadavieco al frente de las publicaciones.

En el siguiente sexenio, el secretario Alejandro Cravioto (por cierto un profesional con maestría en gestión cultural del CONACULTA, para quienes creen que llegaron a “profesionalizar la cultura” en Jalisco) editó valiosas y bellas colecciones de libros que reunieron autores imprescindibles, difundieron a escritores contemporáneos  y rescataron a otros que parecían olvidados. Hay que leerlas para comprender su trascendencia.

Por si fuera poco, creó la librería Mariano Azuela, que ahora quedó convertida en fantasma.  En el sexenio anterior, Samuel González Luna hizo lo que pudo al frente de las publicaciones y dejó su legado. Y así.  Jalisco, el estado con mayor aporte a la historia de nuestras letras, no tiene ahora publicaciones ni programas para sus escritores. Qué le vamos a hacer.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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