En una ciudad vivían dos personas muy pobres y con capacidades diferentes, tullido uno y ciego el otro. El paralítico, tendido sobre un jergón en plena vía pública, sufría sin ser compadecido. El ciego, a quien todo le molestaba, se hallaba sin guía, sin sostén y sin tener siquiera un can que lo condujera.
Cierto día el ciego, a tientas, llegó a una esquina y se halló junto al inválido. Oyó sus gritos y quedó profundamente conmovido. No hay más que los desgraciados que se compadezcan mutuamente. “Yo tengo mis males”, le dijo, “y tú los tuyos: Unámoslos, hermano, y serán menos terribles”. “¡Ay!”, dijo el tullido, “ignoras que yo no puedo dar ni un paso, y que tú no ves nada. ¿De qué nos servirá unir nuestras desgracias?”
“Escucha”, repuso el ciego, “entre ambos poseemos todo lo necesario. Yo tengo piernas y tú un par de ojos: Yo te llevaré a cuestas y tú serás mi guía, tus ojos dirigirán mis pasos inseguros, y mis piernas, irán donde quieras. Así, sin que jamás nuestra amistad decida quién de los dos tiene mayor utilidad, yo andaré por ti y tu veras por mí”. Autor anónimo.
Amigo lector: motivados por nuestras experiencias vemos el mundo no como es, sino como somos cada uno de nosotros. Pocos valoran y respetan las diferencias para construir sobre sus fortalezas y compensar sus debilidades, para entender, que dos personas producen más juntas, que la suma de lo que cada una podría producir por su parte.
Sinergia es la concertación de esfuerzos en pos de objetivos comunes, es el hábito de la cooperación creativa; la excepción que justifica que el todo no es igual a la suma de sus partes.
Vea sus diferencias con los demás como la oportunidad de hacer algo que probablemente usted, por sí mismo, ni descubriría ni haría. Mantenga su mente y su corazón muy abiertos y aprenda de todos.
Aprenda a escucharlos y comuníquese, sea empático y respete las ideas de otros. Evalúe las acciones, posturas y valores de todos... que la solidaridad se expresa en palabras, actitudes y hechos.
Y consciente que la fuerza radica en las diferencias y no en las similitudes, y que lo mejor es enemigo de lo bueno... ¡Súmese a la filosofía de ganar-ganar! Usted, ¿qué opina?