Tres palabras que llenan de emoción a muchas familias en nuestro estado.
Y cada vez más en el extranjero.
Recuerdo que a principios de los 90’s, era muy difícil encontrar aficionados al Monterrey fuera de Nuevo León y al paso del tiempo ya es muy común encontrar seguidores en otras plazas, e inclusive en otros países.
Martellotto, Bahía, el Abuelo Cruz, Chupete Suazo, Guille Franco, Cabrito Arellano, Carlos de los Cobos, Tavares, Careca, Ruiz Díaz… por mencionar algunos ídolos que portaron la camiseta y que nos dieron muchas alegrías a todos los Rayados.
Ahora con esta nueva contratación, se ha generado un gran revuelo en el mundo del futbol. Sergio Canales, el talentoso centrocampista español, es reconocido por su habilidad para distribuir el balón y marcar goles en momentos clave. Su llegada al equipo, desde mi punto de vista, traerá mucha experiencia, que sin duda enriquecerá el estilo de juego del Monterrey.
Desde la perspectiva de la afición, la noticia ha generado una mezcla de emoción y expectativas. La posibilidad de ver a una figura mundial es ya un hecho gracias a la actual directiva; el desafío será que se integre rápido al equipo y a lo que busca el Tano Ortiz, para que pueda rendir al máximo en el terreno de juego.
Me tocó visitar El Barrial hace unas de semanas, llevé a mis hijos, se sentía un excelente ambiente entre directiva, cuerpo técnico y jugadores, creo que es fundamental cuando todos están en sintonía y eso hará que nos den muchas alegrías. Al escuchar que era un hecho la contratación de Canales mis hijos me pidieron con emoción que ¡los vuelva a llevar!
Esto es lo que genera la incorporación de jugadores con ¡experiencia mundial!
Lo hemos visto con André-Pierre Gignac, el francés llegó con grandes expectativas y ha cumplido dentro y fuera de la cancha, generando más afición y cumpliendo en labores sociales.
De Sergio Canales he escuchado que fuera del terreno de juego también es un crack, y seguramente aportará mucho a seguir creciendo la afición rayada y a seguir poniendo en alto al Monterrey.
En las calles sin duda veremos más seguido el número 10 de la playera rayada.
En mi caso, el ser parte de la historia del Monterrey y que Monterrey sea parte de mi historia, me enorgullece y se me pone la piel chinita cada vez que se entona el himno.
El futbol está lleno de sorpresas, desafíos, alegrías y tristezas, y creo que en esta ocasión nos brindará muchas alegrías.
Enhorabuena, a toda la directiva y a toda la afición.
“¡Arriba el Monterrey!”
