
Rodrigo Murray es un actor con toda la barba… postiza. Me explico: el actor Murray se vuelve escritor y cuaja un guion sobre Leonardo da Vinci al cubo. Perdón, vuelvo a explicarme: un guion magistral escrito por Rodrigo Murray desdobla a todos los Da Vinci que fueron Leonardo con el único auxilio escenográfico de un inmenso cubo cristalizado por el escultor Sebastián. Eso es: una obra maestra en forma de monólogo donde la magia del teatro permite que todo espectador vea con ojos la palpable maestría del oficio actoral al tiempo que el guión embelesa de tal manera la atención de las butacas que todo asistente contempla La última cena, la Mona Lisa, el inmenso bronce de un caballo de seis metros y demás joyas del Renacimiento soñado por Leonardo sobre los rombos policromados de un inmenso poliedro que se desdobla en escena como pétalos de una flor caleidoscópica.
Hace tiempo que admiro a Rodrigo Murray por muchos papeles y andanzas de caballero en escena, por la sonrisa contagiosa que le nace en los ojos y baja por su inmensa estatura como una cascada de carcajada franca, pero ahora mi admiración se ha multiplicado a la enésima potencia. Como dramaturgo merece un diploma, una gira por España y una orden instantánea de que toda escuela —por lo menos en México— tenga la oportunidad de aplaudir y abrevar de este monólogo sobre algo mucho más que Leonardo da Vinci.
Es Leonardo el personaje poliédrico y polifacético que narra su propia biografía con las voces de adláteres por obra y magia de las muchas voces que emanan de Rodrigo Murray y es también Leonardo el personaje que encarna un actor mexicano cuya ex esposa llama por celular para interrumpir los ensayos de un monólogo sobre Da Vinci y es Leonardo como hombre de Vitruvio con las alas desplegadas en un teatro con juego perfecto de luces y música de La Gusana Ciega y la complicidad del público que ve lo que no se ve y escucha en perfecta sintonía el silencio que aplaude a rabiar una obra genial de un inmenso actor que además ha escrito un guión como juego de espejos. Leonardo Murray con barba postiza interpreta a un Actor Da Vinci que re-encarna en escena a un genio inmortal de la Italia renacentista y uno sale del teatro agradecido y agraciado al cubo.