Los políticos una vez entrando al poder y son autoridad, la mayoría de sus obras son de relumbrón, pues saben que una obra hidráulica como red de agua y drenaje además de las molestias a la ciudadanía, dicha obra será enterrada y jamás recordada y eso lo perciben como costo político muy negativo.
El contar con una excelente red de agua y drenaje, mega tanques de almacenamiento, aunado a una planta tratadora de agua, para irrigar áreas verdes; -utopía- (excepción Torreón Jardín) por obvias razones el suministro hídrico, será constante y de buena calidad, pues carecería de fugas y llegaría potable y bebible; si ¡bebible! pues en muchas ciudades del mundo, el agua se consume directamente de la llave; como en antaño en Torreón.
Y esto evitaría gastos innecesarios, tanto de garrafones como de pipas que abastecen tinacos y aljibes; también previniendo enfermedades gastrointestinales.
Destinando esa erogación el ciudadano, al pago del recibo de agua, que con gusto se pagaría; si, Torreón tiene sed, pero sed de justicia de ubicar a los responsables del colapso hídrico; pues más que sequía, es saqueo.
Las obras municipales son muy necesarias; por ejemplo, puentes vehiculares y peatonales, mantenimiento urbano en bulevares, calles, parques, jardines, señalética y semáforos, pero la prioridad siempre será el agua potable, drenaje y saneamiento.
Proyectos como el sistema vial cuatro caminos -sv4c-, con un costo inicial de $410 millones de pesos, recientemente actualizado a 500 millones y apenas inicia; el teleférico, el metro bus ¡¡¡encantado!!! son obras necesarias para mejor movilidad urbana, pero sobretodo, para el lucimiento del político en turno; en cambio renovar la red de agua y drenaje, se posterga año con año; sólo se mencionan en época de elecciones.
Todavía no se termina una obra como el metro bus y ya están realizando un sistema vial millonario, mismo que con una buena semaforización y/o “crucero inteligente” obtendríamos igual o mejor servicio, sin tanto costo y molestia de dicha obra urbana.
Y de ese modo, se destinarían recursos del erario, para mejorar gran parte de la red de agua y drenaje obsoleta, principalmente en colonias populares que claman agua digna.
En todo caso si no pueden, concesionen el servicio; existen varias colonias en Torreón, con resultados excelentes, administradas en cooperativas por los colonos; mismos que recaudan más del 90% del consumo.
Claro está que se les quitaría un coto de poder, al desaparecer la caja chica del político y líderes de colonos sin escrúpulos; y un gran negocio a los vendedores de “agua purificada” y de pipas.