Política

Desacato a faltas administrativas

  • Todoterreno
  • Desacato a faltas administrativas
  • Jorge Alonso Guerra

Los brotes y rebrotes derivados de la pandemia COVID 19, no solo es responsabilidad de las autoridades, los ciudadanos tenemos un enorme compromiso, no nada más en nuestra persona, también obviamente en nuestro entorno, como sería la familia y compañeros de trabajo.

Si bien es cierto, las autoridades deben ser ahora más que nunca, estrictos en la aplicación de las faltas administrativas, es decir, el omitir portar un cubre bocas en la calle, da como consecuencia una multa o arresto administrativo, pues se trata de una disposición gubernamental obligatoria, como aquél ciudadano que escandaliza en la vía pública o comete una infracción de vialidad.

Con la salvedad, que al no usar el cubre bocas, no solo se expone a contagiarse del coronavirus, también expone a los demás al contagiarlos en caso de ser asintomático, y dicho contagio, no sólo es un simple catarro o gripa, es un virus letal oportunista que devasta a organismos débiles y bajos de anticuerpos, es decir, el contagio puede ser una condena a muerte.

Está claro que omitir portar cubre bocas incrementa los índices de contagios, aunado a las tertulias familiares grupales y festividades sociales, donde se reúnen decenas y centenas de personas, ignorando el riesgo letal de ser contagiados. 

(Recuerda que al ser internados por COVID19, el celular se lo entregan a la esposa) Pero la irresponsabilidad además del anfitrión, también en buena medida es de los invitados, que al asistir y cerciorarse del peligro latente, deben retirarse y salvaguardar su vida y de sus familiares a un inminente contagio.

Nuestro país en general, hace gala de desacato a las faltas administrativas, mismas que no son delitos. 

Es decir, el día que verdaderamente se respeten y hagan respetar los diversos reglamentos donde emanan dichas faltas administrativas, en este momento se verá el cambio de actitud del ciudadano, como sucede en países desarrollados.

Nuestras autoridades solo amagan con hacer cumplir dichos reglamentos, pero basta salir a la calle y la realidad nos dice que están de adorno, salvo contadas excepciones selectivas. 

Las fiestas privadas y verbenas en estos tiempos, son como disparos al aire, o jugar a la ruleta rusa. 

Qué fácil es vivir sin asumir la responsabilidad de nuestros actos.

Si las autoridades competentes, aplican rigurosamente los reglamentos que regulan la vida urbana y el bienestar de sus habitantes, notificando multas a los infractores, previa amonestación por escrito, la ciudad, Estado y País, entraría en un estado de armonía ciudadana.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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