Política

Aprendiendo a ser padres

  • Empatía Popular
  • Aprendiendo a ser padres
  • Joaquín López

Una madre llegó con su niño a una de las mesas del área de comida de una plaza comercial en la avenida Hidalgo, donde ya los esperaban otros familiares.
El menor lloraba desconsolado, con gritos y manotazos, colorado del coraje que trataba de desahogar. Situación que la madre no pudo controlar, por lo que recurrió a los golpes.
En las mesas de alrededor las personas dejan de comer para mirar lo que estaba ocurriendo, junto a los típicos murmullos.
En parte esto fue el detonante por el que la madre decidiera bajar el pantalón del niño para darle una serie de nalgadas, con lo que nada pudo resolver porque el pequeño de unos 4 o 5 años de edad aumentó su furia, al grado de responderle a la mamá con manotazos en los brazos.
El espectáculo seguía; una joven en otra mesa alcanzó a murmurar: “Me da impotencia, quisiera decirle algo, que así no se razona con un niño, pero me da miedo cómo lo vaya a tomar”.
Y es cierto, hay veces en que la mayoría de los padres no aceptan los comentarios o consejos de terceros sobre cómo pueden hacerle para corregir a los hijos. “Es mi hijo y yo lo educo como se me pegue la regalada gana”, es la típica respuesta que lanza un padre o madre inmaduros a quien pretende darle una lección.
Mientras tanto el asunto en el área de comidas persistía: el niño quería algo pero su madre tampoco hizo el esfuerzo por escucharlo, razonar, hablar con él, no perder el control, mostrarle al niño quién es el adulto y no caer en sus juegos.
No fue así, pues la joven madre le dio la espalda al niño, quien pataleando buscaba que volteara a verlo, mientras ella trataba de comer, pero la situación de plano se descontroló.
La mujer lo tomó de forma brusca de los brazos al niño, lo zangoloteó y puso en sus piernas, para volver a bajarle los pantalones y darle más nalgadas.
“No, no hagas eso”, le dijo la persona que la acompañaba, “así no porque más lo va a hacer”, alcanzó a señalar.
Al retirarme paso cerca de su lugar, me acerco y solo le comenté de forma respetuosa: “hable con él, señora, deje que se canse, que se tranquilice, y hable con él, no haga que la violencia sea la solución”.
Y me fui sin esperar respuesta; no quería que también me nalgueara a mí por metiche.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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