Lo que se pudo ver en la cámara de diputados en el proceso de deliberación por la aprobación o no de la Reforma Constitucional en materia de energía eléctrica, fue a la antigua clase política unida o cohesionada en contra, no de la reforma, sino del presidente López Obrador.
La bondad o la necesidad de la reforma constitucional parecía no ser lo importante, lo trascendente, lo que estaba en juego, el objetivo fundamental, era lograr cohesionar a la antigua clase política en contra del presidente López Obrador. Se pudo observar así una clase política unida por el resentimiento, por el odio y por el deseo de venganza hacia el presidente López Obrador.
Así los priistas se vengaban de haber sido denunciados por López Obrador en todas sus tropelías, desde cuando los acusaba por el Fobaproa, o por el fraude del 89, o por el saqueo de la nación, la entrega de la energía, los salarios millonarios, las obras con precios exorbitantes, la privatización de bienes públicos en favor de empresas extranjeras, el acaparamiento de las medicinas, el sometimiento a intereses extranjeros, la entrega de los puertos, de las minas, de las empresas paraestatales. Cuántas veces no ha divulgado el presidente las terribles actuaciones priistas con su famosa frase, mi pecho no es bodega, o la de, para que lo conozcan los jóvenes, mientras los priistas desfallecen y dieran brincos para que dejara de andar recordando sus terribles acciones del pasado.
El PRD también se vengaba de López Obrador por haber prácticamente desmantelado a su partido que se decía de izquierda pero que vendía sus ideales con tal de conseguir cargos públicos, al aprobar el pacto por México. El PRD se ensaña en contra del presidente por haberlo abandonado y por no someterse a los designios de sus dirigentes, que una vez más demuestran que traicionan fácilmente sus intereses y sus causas por expectativas de privilegios o cargos públicos.
El PAN, bueno, siempre ha sido una oposición muy desatinada, son los mismos que en oposición a Juárez traen a Maximiliano de Habsburgo que por cierto resulta aún más liberal, los mismos también que se opusieron a Lázaro Cárdenas que fue el presidente que dio viabilidad y consolidó a México como Estado, y que se vengan por haber sido descritos por el presidente como esencialmente hipócritas.
En fin, la misma clase política que una vez unida votó por desaforar al entonces Jefe de Gobierno hoy Presidente de México.
No olvidemos que en aquella ocasión el entonces jefe de gobierno exclamó una frase que resultó ser un presagio, Ustedes ya me condenaron, pero a mí, me juzgará la historia, y la historia en su sentencia convirtió al entonces desaforado en el hoy presidente de México.
Esperemos nuevamente el juicio de la historia, ¿será acaso el fin de estos tres partidos políticos? Está por verse.
Mtro. Jesús Torres Gómez*
*Profesor de la Escuela Internacional de Derecho y Jurisprudencia.