Kay Leigh Hagan, comienza su artículo “A Good Man Is Hard To Bash: Confessions Of An Ex‐man‐hater” con una pregunta que hizo al mejor amigo de su entonces pareja:
¿cuánto abuso está bien aguantar, si quería demostrar que su relación amorosa le importaba y que no pensaba abandonarla fácilmente?
Mucha gente cree que estar con un hombre es aceptar una sentencia de abuso en algún nivel: celos, control económico, ofensas disfrazadas de cumplidos o hasta violencia sexual.
Por ejemplo, pienso en los entornos patriarcales donde he convivido, cuando hijos e hijas se quejan de sus padres por el abandono emocional, abusos y/o violencias hacia la familia, las madres rápidamente subrayan lo duro que ellos trabajan para proveer y que por eso se les debe honor.
Que a menudo se mezcle el proveer con la aceptación de violencia, hace difícil dimensionar el tamaño del obstáculo que es el machismo en la capacidad de los hombres para amar y ser amados.
En “Suficientemente Hombre” (Man Enough), Frank Pittman dice que: “mientras la mayoría de nosotros [...] queremos ser amados, algunos están dispuestos a abandonar el amor si eso les mantiene siendo los jefes”.
Estar “a cargo” no requiere la salud emocional de los hombres. Así, el primer acto de violencia que el patriarcado exige al género masculino es automutilarse emocionalmente.
Y si un individuo no tiene éxito en cercenar su capacidad emocional, puede contar con la sociedad machista para ejecutar rituales de poder que asaltarán su autoestima.
Eligen pues la “hombría” y el poder en lugar de los lazos de amor.
Pero los hombres que “ganan” en términos patriarcales, terminan perdiendo en calidad de vida.
¿Dónde está el beneficio entonces?
Simplemente no se puede ser un hombre emocionalmente disponible sin antes conectar y reunir todas las partes cercenadas.
Para que los hombres sigamos adelante y sintamos de nuevo, habría que repudiar el pensamiento patriarcal que tanto ha formado nuestras identidades durante tantos años, para comenzar a entender que, como el amigo de Hagan le contestó, “en una relación de amor, el abuso es inaceptable”.
