La verdad, casi admiro a la señora Rabadán por el denodado esfuerzo de mover encuestas patito donde va ganando su campeona, Xóchitl Gálvez, que no están basadas en la vida real. Le debe tener mucho aprecio a su amigui para no sentir, aunque sea un calambre en la ciática, cada vez que tiene que salir a las redes sociales a decir, con la sonrisa desgobernada, que Lady X va ganando mientras hay información muy clara y precisa, incluyendo de encuestadoras de medios a los que no vamos a acusar de lopezobradoristas, donde Claudia Sheinbaum le está pegando una recia electoral a la señora del huipil.
Y lo que es peor, especialistas en esta clase de estudios que suelen estar del lado del PRIAN (en sus encuestas, sin importar el rubro, siempre gana mi licenciado Peña), aceptan concediendo que la candidata del frente marchito no solo no levanta sino que se está hundiendo. Incluso ahora que no está ya en la jugada Samuel García. O sea que en cuanto Dante Delgado ponga al sustituto, sea una bolsa de harina o Colosio Jr., se la puede cargar el payaso.
¿Qué podría hacer Xóchitl para levantar aunque sea tres puntitos, además de salirse de la contienda? Dar un golpe de timón de a deveras, y no el muy furris que le propone la dotora Dresser que ya se quiere peinar como Javier Milei. Es decir, en principio exigir la renuncia de Claudio XXX González, que lo único que ha hecho es arruinar a la oposición y ser un pésimo líder. Criticar a Beatriz Pagés por su portada nazi contra la Sheinbaum y regañar a Pepe Toño Crespo por defenderla de manera tan barbaja y elemental. Y condecorar a todos lo que devuelvan su Premio Pagés Llergo, que desprestigia más que salir en Atypical Tv con los paleros de Alazraki.
No estaría mal que la señora de las gelatinas critique a la tremenda Corte, a la ministra Piña y a Laynez Potisek por ser miserables con los fideicomisos y no apoyar a los damnificados de Acapulco y Guerrero. Eso, y por andar cuajando de amparos a puros vivales. Y de paso, le podría dar raspón al INAI porque sus cuadros VIP gozan de teibols y happy endings con cargo a la institución.
Ya si quiere ganar otro puntito más, Gálvez podría donar sus departamentos de interés social a gente que no sea Mariana Gómez del Campo, tomar cursos para no ser más misógina ni machista que Vicente Vox, deshacerse de las botargas de dinosaurio de su campaña y, de paso, exigirle a Calderón que tuiteé menos porque nada más la acaba de desprestigiar.
A ver si así.
