Aunque es comprensible que el cártel inmobiliario del PAN quiera desvincularse de Santiago Taboada Tajada porque lo está desprestigiando, es un despropósito que hayan presionado al Instituto Electoral de la Ciudad de México para que no se relacione al cártel inmobiliario del PAN con su candidato. Sobre todo porque cuando el amor llega así de esa manera, uno no tiene la culpa, y el efecto que se genera es exactamente el contrario del que se buscaba; pasó con el desafuero de López Obrador, que terminó por exponenciarlo ante la mirada llorosa de Vicente Vox. Igual que con el Amlito que, en cuanto los prianistas trataron de desaparecerlo, en realidad se multiplicó.
Que una medida cautelar obligue a los candidatos de Morena, léase Clara Brugada, y hasta periodistas a no referirse a Taboada Taboadín de la Taboadera como parte del cártel inmobiliario del PAN, no significa que esta historia de amor como no hay otra igual se va al archivo muerto. Antes al contrario, este amor nada chiquito acabado de nacer se ha proyectado al infinito y más allá en las redes sociales, en las conversaciones y en los espacios públicos donde lo que se ha manifestado de manera encendida es que un idilio de esa dimensión, debe ser más público y notorio que nunca. Una intención que subrayan las víctimas del cártel inmobiliario, muchas de ellas panistas de hueso colorado, deseen que ese amorcito corazón siga más vivo que nunca.
Por eso se proyectan comentarios ácidos, señalamientos, memes y gifs que exigen que esa bonita relación entre Taboada y el cártel Inmobiliario del PAN no se pierda como una lágrima en la lluvia. No es posible que la censura se oponga a esta relación tan profunda y beneficiosa, a la que todos los días se le encuentran nuevas propiedades, que es tan maravillosa como la de Romeo y Julieta.
Ha sido tan intenso el proceso de enamoramiento de Taboada con el cártel inmobiliario del PAN, que verlos separados de manera tan artificial y tan injusta, genera una fuerte de desazón entre los aficionados a los idilios de telenovela. Sería como separar a Felipe Calderón de García Luna Productions, a Loret de Mola de Lord montajes, a Ricardo Anaya del Milagro de la reproducción de las naves industriales, a Margarita Zavala de las fotocopias, al subjefe Diego de Punta Diamante, a Chayito Robles de la Estafa maestra, a Santiago Thrill de los casinos, a Kinky Téllez de la Madre Conchita y a Xóchitl de Vox.
Hay cosas que no puede separar ni el mismo dios.
