Como muchos compatriotas, yo tenía la creencia de que para pasar unos días de vacaciones en Tulum tenías que dejar de pagar impuestos como algunos machuchones que se hacen los chistines, tener la posibilidad de agarrar al PRI como caja chica al estilo de Alititito Moreno, tener 86 organizaciones defensoras de la democracia que no sirven para nada pero cómo jalan recursos a la manera de Claudio XXX González o llevar una vida de pachá como Riqui Riquíin Canallín ganada con esfuerzo por bolearle los cacles a mi licenciado Peña.
Por lo que relatan muchos turistas y viajeros, Tulum se convirtió en un destino oneroso, cuajado de racismo rancio, clasismo pedregoso, donde parecía que el inglés era la lengua oficial.
Pero no hay que lamentarse, sino buscar salidas para que ese lugar paradisiaco no termine como pueblo abandonado como el PRD de Los Chuchos y las bolitas para atracar de Don Cucaracho Acosta Naranjo y sus patitas de molcajete.
Claro, además de poner precios reales y no abusos maniacos de los gentrificadores, Tulum tendría que construir estrategias más refrescantes e imaginativas para atraer a los turistas que buscan unas vacaciones divertidas, emocionantes, entretenidas y que no parezcan salidas de la mente derechueca de Caldedrunk.
Hay que traer el Show de terror de la ultraderechairiza en éxtasis, ese espectáculo de gente inventada que siempre nos hace reír con sus gracejadas. Un circo de freaks donde podamos ver a Raymundo Rivapayacho alegando que lo leen más de tres personas, que Morena quiere poner de rector al sargento Pedraza y que García Luna es bueno porque un millón de dólares en billetes pesa una tonelada. Sandra Baticuevas podría producir ahí la película sobre su livin la vida loca titulada: “La chokiza me hizo así”, algo entre Kubrick, Woody Allen y René Cardona Jr, con guion del premio Nobel László Krasznahorkai.
También hay que darle espacio a la alta cultura, así que Kike Krauze podría armar una ponencia que se titule: “Satanyahu es mi pastor, nada me faltará”. Alazraki y los paleros de Alazraki, acompañados por toda la derechairiza mediática con el espectáculo de machincuepas circenses donde la dictadura comunista ha sido más terrible que el genocidio en Palestina.
De hecho, me dicen que Satanyahu no solo exige que a Darth Vader Trump le den el Nobel de la paz, sino que también lo declaren La flor más bella del ejido y que sea el niño dios de todas las roscas y todos los pesebres.
¡Rescaten a Tulum de los pulpos chupeteadores!