Ya les había dicho que los mejores punks, anarquistas y marxistas de mi generación se pasaron con una soltura muy gimnástica al panismo-priismo-perredismo, ¿no? Pues ahí van, tomados de la mano de los profesionales de la indignación que, casualmente, nunca se indignan cuando resucitan a un espectro del atraco en despoblado como Gurría, no respingan si Ciro Murayamasamí dice que el pueblo no existe (que es un mito genial como la pobreza, según Pedro Aspe), que ni ven ni oyen a Lorenzo Córdova que antes de entrar al INE hace la Henry Martin señal, o que son incapaces de sentir ñáñaras al ver que la UNAM de Graue no entiende lo Graue que es firmar convenios con los Chuchos del PRD “para formar cuadros políticos”. ¡Qué ganas de desprestigiarse!
Compatriotones a los que nunca he visto cuestionar a los campeones derechistas cuando elogian la ley fuga, la pena de muerte, amenazan y repudian “la tibieza”, mientras sueñan con quemar morenistas vivos en el Zócalo. Ya de la intolerancia punitiva y pinochetista, mejor ni hablamos. Pero eso sí, los voceros de la oposición encontraron que la quema de la imagen de la ministra Piña, durante la concentración del 18 de marzo, es un símbolo fascista. Como si antes no se hubieran quemado representaciones de Salinas, por ejemplo.
O sea, la misma gente morigerada que enarbola pasiones porfifiristas, que exhibe nostalgias krauzianas por la dictadura perfecta y solo le pide a Dios que el Tío Sam no sea indiferente y que mande marines a exterminar al comunismo de la cuatroté, y que ahora están muy preocupadas por el lábaro patrio. Digo, personitas que no criticanlos arrebatos kinkytellezcos, las fakenews de Calderón-Loret o los desaforados ejercicios autoritarios de Sandra Cuevas, o las patibularias rabietas de Ferriz, Lozano, Alazraki, Alemán y demás fauna cuajada de histerias anticomunistas, que ahora quieren encarnar melodrama ranchero a favor de la paz y la concordia. O sea,superaron a Monreal que fue al mitin rodeado de una guaruriza de los tiempos de don Beltrone y Gamboa Patrón que lo aislaba de reclamos y señalamientos, pues sufre de un padecimiento muy calderónico llamado Paranoia al revés, que lo hace creer que todo el mundo lo quiere.
Siguiendo la idea de mi queridísima Nora Huerta, notable actriz y mítica reina chula, el puritanismo ultraderechoso va a impedir la quema de Judas en Semana Santa, alegando que se trata de una persecución política en contra de ellos que forman su fanaticada.
