Ni siquiera la estatua del ex presichente Jelipillo Caldedrunk cayó tan bajo después de tropezarse con una cáscara de Bacardí como la ultraderecha nacional, que está muy desconsolada porque Trump no invadió México ni le aplicó un alza arancelaria de 8000% como tanto deseaban. O sea, le dio un ataque tipo #LadyPolanco como Raymundo Rivapayacho que casi se pone a llorar mientras alegaba que por los acuerdos de la presidenta con Donald nos vamos a convertir en Venezuela. ¿Así o más repetitivo y aburrido?
Y claro, tampoco le agradó a la ultraderechairiza en éxtasis que bajaran de manera importante los índices de pobreza, según datos del Inegi, y que los datos macroeconómicos gozan de cabal salud, sobre todo el PIB, que creció en un 1.2% en el segundo trimestre del año. Eso los puso tan locos que sacaron sus más alucinantes numerazos desde que nombraron a Xóchitl Gálvez candidata del PRIANChu. Kike de la Madrid (que no nos ha contado cómo le va con la adopción de pobres) dice sin en el sentido del ridículo que caracteriza a los juniors tóxicos, de esos que van por ahí, que la gentrificación es buena y es natural, que esto lo aprendió en el Tec. El Tec ya se está deslindando.
Solo le faltó hacer un coro con Suckerman y un Suárez-Vélez al ritmo de “Nada te llevarás cuando te marches, cuando llegue el día de tu gentrificación”.
También se les podría unir Alitititito Moreno, que anda cantando en programas de radio (donde van todos los culpables terminan resultando más culpables que al principio) sobre todo ahora que se le botó el botox tratando de demostrar que es bueno, santo y puro con caserones de 300 millones, relojes de 9 melones y su idea de que un kilo de maclaren no es maclaren. Detallitos leves para alguien que es señalado por un desfalco de 83 mdp, aunque en su defensa ha hecho más por la destrucción del PRI que la dictadura perfecta en todo su esplendor.
Algo muy a la altura de Monreal explicando de una manera muy chicharizada que su viaje no fue culpa de él sino de su esposa, pues le hizo prometer que la llevaría al Camino de Santiago, y que “prefiero quedar mal con la oposición que con mi mujer”. Algo que se pudo haber escuchado en La casa de los famosos de la boca de Ninel Conde. Ninel, como se sabe, es el anagrama de Lenin.
Después de todo esto, me acordé de una frase de Lula Da Silva: “Nunca pensé que poner un plato de comida en la mesa de un pobre generaría tanto odio en una élite que se harta de tirar comida a la basura todos los días”.