Cuando Guadalupe Loaeza ungió a Xóchitl Gálvez como la nueva virgen de Guadalupe, que salvaría a todos los mexicanos del comunismo, pero perfectamente lógico con el estatus social en el cual ha vivido desde los tiempos de las niñas bien cuando retrataba a las niñas bien como ella que querían vivir en un mundo de caramelo todo bien y bonito. Ahora, escuchar a la señora Loaeza convertida en una irritada ex fanática de la señora Gálvez, representa no solo una especie de broma de mal gusto, sino también la demostración de qué en el eje Santa Fe-Lomas-Polanco-Polanquito y varios más, hay un desencanto superior por la manera en que su candidata fantabulosa, la política, auténtica, el derroche de señorío y buena ondita, se pasó a convertir en nada, nadita de nada. Algo que por demás era muy previsible, no se necesitaba ser un genio para descubrir que el corazón de piedra de la panista estaba hueco. El asunto es que esta señora del huipil ya hasta se quitó el huipil para parecerse a las amiguitas de la señora Loaeza.
Y lo peor es que el equipo de trabajo con el cual se está moviendo no le ayudan: Max Cortázar hace chistes chafas con drones, Kinky Téllez, incluso en su delirio acusó a López Obrador de intentar censurar a Ciro Gómez Leyva, como si el comunicador hubiera tenido una sola nota que pudiera poner a temblar a la cuarta transformación. Ni que fuera Loret, que se la ha pasado de montaje en montaje homenajeado a García Luna Productions. La mentira, ya lo hemos dicho mil veces en esta columna que tiene algo de Cruz y del pantera, pues no se puede soltar así, nada más, tiene que estar basada por lo menos en hechos reales, no puede ser una película como de la Chupitos.
Por eso, cuando en la mañana nos despertamos con que de pronto había gasolinazos por aquí y gasolinazos por allá, pues todo el mundo salió corriendo, y cual no sería la sorpresa de que la gas no había llegado a los 30 pesos y entonces pues lo único es que quedan en ridículo.
Si yo fuera Xóchitl Gálvez ya hubiera corrido a todos desde Claudio XXX, a Max Cortázar, pasando por la Rabadán y por toda la bola de inútiles que lo único que hacen es cobrar para hacerse como tío Lolo. Ya hasta estoy creyendo que esas criaturitas del señor deben ser hasta pejezombis de closet.
Pobre Xóchitl, tan lejos de Claudia en las encuestas y tan cerca de ella misma en las apuestas.
La Loaeza pasó de niña bien a la niña del Aro.
