Todo iba bien con el sector opositors tratando de mostrarse decididamente preocupado por la libertad de expresión, los periodistas y el periodismo mexicano, hasta que, oooootraaaaaa veeeezzzz, apareció el ex presichente Jelipillo echándolo todo a perder. Digo, se ve mal que luego de que en su sexenio se hizo cera y pabilo de la libertad de prensa (aunque se vio pior cuando le pidió a AMLO empatía por los hijos de Loret, cuando al muchacho chicho del sexenio gacho le valieron gorro los niños de la Guardería ABC, los muertos de Salvárcar y un friego más), salga a exigir que la Dictadura macuspánica declare a Carlos Loret patrimonio inmaterial de la humanidad y pueblo mágico ambulante.
Toda la avanzada contra AMLO muy bien coordinada como el ballet de Milton Ghio y las coreografías de Menudo; tan así que los tuits foxistas, zedillistas, calderónicos, salinistas, peñistas, claudiotresequisgonzalistas, se publicaban de manera escalonada con la debida propulsión de las granjas de bots que trabajaban en asociación con la Cabaña del Tío Chueco. Una estrategia histeriquitamente bien planeada que, tristemente, se fue al traste también cuando el autoproclamado y nunca desmentido dueño de Latinus, Roberto Madrazo, apareció con el genio de la publicidad priista, Carlitos Alazraki (remember “Dale un Madrazo al dedazo” y “Los derechos humanos son de los humanos, no de las ratas”, un genio) quien resume el procedimiento mercadológico de la oposición: “Mientras más mientas contra Morena, mejor te va”. O el que difama primero difama dos veces. Una reflexión profundísima pero agrietada como los dichos de la dentópata Ximénez que, en diciembre, aseguró que a estas alturas del partido nadie hablaría de nosotros porque todos estaríamos muertos, y nomás no se le cumple.
Como quiera que sea, hay que reconocer la cuidadosa implementación del compló de los reyes del Space sin Jam… hasta que aparece mi Santi Creel con su nada oportunista propuesta de defender a Carlitos Loret en los tribunales. Ni lo topó. Estaba muy ocupado siendo alabado por unos intelectuales nada orgásmicos que lo miraban como los del Kafkapulco shore miran a Payazuelos.
El que sí le tomó la palabra a Creel fue el periodista y escritor, J. Jesús Lemus, quien le pidió a Santi que lo representara en su caso contra Felipe Calderón que lo encarceló injustamente durante tres años. Seguro que Creel, gran justiciero que quiere ver a los malvados en el tambo, lo va a defender.
Jairo Calixto Albarrán
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