Ahora que está en campaña, no hay duda de que una de las víctimas más claras del linchamiento mediático, ha sido el doctor Hugo López-Gatell. Su papel frente al combate de la pandemia lo puso en continuo roce y desgaste frente a los medios infodémicos, donde los comunicadores maniacos, los fanáticos derechosos y los bots traían la orden de destruirlo. Un periodo oscuro, salvaje y vergonzoso en el que prácticamente alegaron que él iba de hospital en hospital, de quirófano en quirófano, de habitación en habitación, contagiando a los mexicanos.
Imaginemos al covid con Anaya o el dotor Meat, ese sí habría sido un apocalipshit.
Debido a infinita paciencia zen, sus certezas científicas y los buenos resultados de sus estrategias, que sus enemigos siguen negando, Hugo salió adelante.
Ya los más aventurados, trepados en una ignorancia supina, decían como Calderón que las vacunas iban a llegar hasta el año 3000, y luego lo vimos ahí haciendo fila junto a Luis Echeverría tomados de la mano; esto mientras notables intelectuales aseguraban que las vacunas rusas convertirían a los mexicanos al comunismo o que no serían útiles debido al temperamento tropical de la sociedad mexicana en su conjunto. ¡Wooorales! Barbaridades de toda índole que hoy se resucitan en el mainstream para pegarle al doctor Gatell en campaña. Seguro que no tardan en revivir a la dentista que acusaba a Gatell de haber aniquilado a 800 millones de mexicanos.
Tiempos siniestros donde la oposición presionaba a AMLO haciendo ñacañaca para que, típico en el antiguo testamento del PRIAN, se diera un fuerte endeudamiento y el atraco obligatorio. Esto, sin olvidar a la perversa y sibilina industria farmacéutica que se relamía los bigotes para hincharse de lana a costillas del dolor ajeno. Algo que solo puede compararse con el Grupo México de Germán Larrea –otro milloneta nada seductor— que frente a la tragedia humana y ecológica en el río Sonora, no invirtió en su rescate valiéndole queso la humanidad. ¿Dónde está el ecologista Derbez cuando se le necesita?
Frente al doctor Gatell palidece Xóchitl Gálvez que dice que estábamos mejor con el PRIAN, pobrecita. Todo al ritmo de “Amar y plagiar no es igual, amar es sufrir plagiar es gozar”. Lady X salió de Foxilandia, pero Foxilandia nunca salió de ella.
Con un lenguaje científico y popular, el doctor Gatell vuelve a sobreponerse al castigo de los tiburones mediáticos a los que, con una sonrisa, va dejando chimuelos.
