O sea, qué parte de no te sigas autolacerando no entendió el ex diplomático nada diplomático Enrique Márquez, para tratar de hacerse la vístima de una supuesta campaña de linchamiento en su contra, como si no se hubiera cansado de meter las cuatro patas. Más aún luego de correr al gran Jorge F. Hernández como agregado cultural en España y después al nombrar en su lugar a la señora Brenda Lozano, ni siquiera lejana seguidora del gobierno al que representaría en el extranjero. Un asunto escabroso en el que la propia actitud del señor Márquez te hace imaginar que para ese puestotototote primero pensó en gente tan afín como la dotora Dresser.
Digo, está bien que se puede pensar en un perfil no necesariamente lopezobradorista, pero decantarte por personajes que están en las más lejanas antípodas ideológicas sí parece sospechosista. Además, Brenda, ¿por qué trabajar para un gobierno con el que no comulgas ni tantititititito?
Como quiera que sea, el señor Márquez un flaco favor le hizo a su jefazo, Marchelo Ebrard, que ya debe estar un poquito hasta la madre de sus exabruptos, en los que, con ánimos de víctima triunfante, se declara el muchacho chicho del linchamiento gacho.
Márquez está peor que mi Tatankita Córdova que niega la necesidad de una restructuración de la Nueva Banda TimbirINE donde, sin conflicto de interés alguno, asegura que todo está bien padriuris, que puede ser perfectible siempre y cuando no les quiten la chamba ni a él ni a Murayamasamí.
Hasta Paty Navidad resultó más digna: a pesar de ser la guía moral de los terraplanistas, reconoció que el covid-19 sí existe luego de contagiarse del bicho y pasar las de Caín por no haberse vacunado. Bueno, qué me dicen de Dante Delgado que, traicionado por cierto espíritu democrático que no creía que tenía, contra todos los pronósticos del priaismo al que pertenece, votó a favor del periodo extraordinario para la discusión de la revocación de mandato. Claro, luego se arrepintió y rectificó el camino de la ignominia para no quedar mal con Gustavo de Hoyos, ex de la Coparmex que, virilmente, ya se echó para atrás cuando hace un mes decía envalentonado en un video que iría a juerza por la revocación de mandato. Para eso me gustaba, le icho achí.
Pero siempre hay alguien que supera a Enrique Márquez: el foxista Luis Ernesto Derbez, que acusado de transas y estafas maestras, defendido para su mala suerte por Pedro Ferriz 2, sigue siendo el Derbez bueno.
Jairo Calixto Albarrán
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