No hay datos suficientes como para saber con exactitud quién copia a quién, si Trump a la ultraderecha nacional o la ultraderecha nacional a mi Donald. Como si no fuera suficiente con que hasta el querido Elmo de Plaza Sésamo recurriera a su cuenta en Twitter, antes X, para insultar bravíamente al preciso yanqui (algo solo comparable con la de #LordAlgoritmos, Pedro Ferriz, insultando a mi licenciado Peña, no se vale, si son arena del mismo costal), este sale con que lo de la Lista de Epstein no existe, que son los papás de los demócratas los que lo quieren desprestigiar. O sea, acá tratando de escurrir el bulto como Xóchitl Gálvez cada vez que le recuerdan su Casota Roja o Markititito Cortés cuando le hablan de notarías a cambio de secretarías, de una manera poco científica y menos honorable.
Y luego, muy al estilo de Jojojorge Robero de Terrenos —el próximo expresichente del PAN— cuando le hablan del cártel inmobiliario de Acción Nacional, Trump se pregunta con artificial ingenuidad por qué la gente se sigue ocupando del caso Epstein solo porque Elon Musk dice que hay un Pegasus del Mossad que lo ubican en esa Isla de la fantasía hipertorcida y pedófila.
Cualquiera diría que mi Donald se inspira para sostener su discurso anticomunista, imperialista y fachista, en la manipulación de los medios derechairísticos mexicanos. Y cómo no, si Latinus de Madrazo-Loret-Brozo hace cosas que ni Fox News se atrevería a hacer: esforzarse por difundir la idea muy desmecatada de que México perdería la sede del Mundial porque se la van a pasar a Canadá. Y justo cuando la FIFA acaba de soltar los boletos para los partidos acá en la patria mexica. Nada más les faltó decir que todo es culpa de la conexión Palenque-Teherán-Yemen. ¡Lástima, Margarito!
O sea, por lo menos le hubieran hecho como Monreal, que recurrió a la grafógrafa que casi ni está quemadona, a colmarlo de elogios. Ni Simón Trevi, #LordDelirios, se atrevió a tanto.
Es lo malo de tomar sus cursos por correspondencia de periodismo con Cascabel Hernández que, en su papel de Rabadán de la comunicación, ahora alega sin aportar ningún dato que Andrés López Beltrán es el huachicolero mayor. No se rían. Y ni siquiera lo hizo al ritmo de “Huachicol, qué rico huachicol”.
Curioso que la ultraderecha española que tanto ha cobijado a Caldedrunk, también se puso a mover el bulo y mientras anda de cazainmigrantes se hace la vístima.
¿Dónde habrá aprendido esas mañas, con Trump o con los paleros de Alazraki?
