Me dicen que la Asociación Internacional de Aves de Rapiña y Animales Carroñeros con Capacidad de Decidir se ha manifestado de manera muy elocuente para deslindarse de las actividades de los Paleros de Alazraki, que están usurpando funciones y haciendo ver a las hienas del Rey León como unas humanistas. Esta noble institución no comparte las maneras tan poco sutiles, agraviosas y nada gentiles que ocupan la Pagés, el nene Lozano y Alazraki para construir una narrativa como de villanos segundones de Marvel.
Y es que, sin elegancia ni recato, clase y estilo, este grupúsculo hace caras de león con dispepsia mientras alegan, con no poco entusiasmo, que es muy probable que el Presidente ya colgó los tenis y se fue pa’l otro barrio. Una aspiración que sin duda los ennoblece, pero cimentada más en el deseo que en la información, más en el desgobierno mental que en la certeza médica. Desde la especulación de pésimo y reguetonero gusto, hacen caso omiso a lo dicho por el secretario de Gobernación y Beatriz Gutiérrez Müller, que ha dicho mil veces que López Obrador se encuentra bien, que se está recuperando, e insisten con siniestra delectación que pongan una cámara que en tiempo real muestre las actividades de AMLO para que puedan saber en qué momento estornuda, cuándo hace pipí y cuántos tamales de chipilín se jamba. Un voyeurismo-carroñero-acosador que solo es comparable con la idea de ciertos obnubilados de la oposición mediática de que el avión presidencial es parte de un compló del comunismo para llevar la Estafa de Luz a Tayikistán.
En esa lógica, Guadalupe Loaeza imita a Pedro Ferriz y suelta una fake news que no tiene ni el ex presichente Calderón ahora que anda en la Cumbre Interplanetaria Kukluxpanista en el Perú tomado por la señora Boluda, con el subtítulo de “Se dan golpes de Estado a domicilio, llame, nosotros vamos”. Cualquiera diría que el negocio de la derechairiza en éxtasis es vender tiempos compartidos en Gayosso, además de enaltecer al cártel inmobiliario del PAN. Hasta me los imagino rezándole a la santa muerte, haciendo ritos vudú y bailando frenéticamente alrededor de un pentagrama invocando al patas de cabra.
Lo que no se entiende es de qué manera retorcida esta actitud de moscas panteoneras podrían contribuir a ganar rating y a estimular a su fanaticada.
Yo lo más que le he deseado a Calderón es que se le acabe el Tonayán y a Vicente Vox que se quede sin tiempo aire, ¡pero nada más!