Después de ver la manera tan humanista y sana con la que el dueño del restaurante Bellini amenazó y humilló a un empleado (casi saca su cuchillote para darle en la Tabe), me imaginé que de esa misma manera tan suavecita Claudio XXX convenció a Alitititito y Markitititito fueran a apoyar de rodillas a lo que queda del INE, pero sobre todo salvar a los gordos presupuestos para que los partidos puedan seguir viviendo como Lorenzo Córdova y Ciro Murayama.
Por eso, a 20 años de la gran manoseada que le pusieron al IFE Calderón y la maestra Gordillo, está padre que exista un movimiento opositor plagado de gente proba y santa, que quiere acabar con la maldita dictadura que nos tortura cotidianamente en un delirio pinochetista. ¡Abajo el Big Brother de Macuspana!
Una alegría absoluta que se rebelan en contra del imperio que contraataca.
Lo malo es que la oposición no consiga construir, ya no digamos un nuevo proyecto de país, sino seleccionar una sede para luchar por la justicia. Primero fue el Ángel, luego el Hemiciclo a Juárez, y más tarde en el Zócalo, pero como no tenían mucho músculo qué mostrar al final se decidieron por el Monumento a la Revolución. Con los oradores lo mismo: decían que Pedro Ferriz, pero vieron que no podían arriesgarse a más desprestigio y mejor se decidieron que para conmemorar los 20 años de que la maestra Gordillo y el PRIAN le metieron su manoseadotototota al IFE, el crooner tenía que ser el trukulento doktor Woldenberg, para de paso apapachar a sus Woldenboys disolutos pero sin atributos.
Que se me hace que al final, la marcha en deFemsa del INE terminará recalando en la Coparmex o el City Market.
Pero no todo es reír y cantar. Como si no bastara con el ChikiliQuadri, Alito y Zambranititito, para acabarla de amolar Kinky Téllez ya se apuntó al guateque nomás para ahuyentar a los incautos. Craso error, esto podría considerarse como actos premeditados de precampaña.
Espero que para sobrevivir al aburrido de Woldenberg, suban al estrado a la reina del cash que se siente Ana Frank y a su prologuista, Anabel Hernández, convertida en Peniley, que con toda razón afirma que en México es más peligroso hablar mal del presidente que del narco. Con razón Creel, Jelipillo, Fox, Xóchitl, la Rabadán y Chumel nunca lo critican, por temor a acabar como los 43 de Ayotzinapa. Y cuando la dotora Dresser se refirió a la dictadura kakista, seguro se le chispoteó.
#DéjenseAhí
Jairo Calixto Albarrán
