Ante la contingencia generada por el coronavirus y la crisis económica, las cancelaciones o aplazamientos de las fiestas de graduación para los más de 25 mil jóvenes que egresan este año de alguna de las más de 350 instituciones de educación superior que operan en la entidad es lo de menos.
La caída del PIB que podría ser de más 10 por ciento y la complicada recuperación, generará que las empresas despidan a personal y, con dificultad, crearán nuevas fuentes de empleo.
A lo largo de este año, más de 25 mil empleos formales, es decir, los que están registrados ante el IMSS y que cuentan con prestaciones, se perdieron en la entidad. La parte más complicada comenzó a finales de marzo, se extendió durante el mes de abril y continúa durante mayo.
Con las empresas intentando recuperarse y con sectores económicos detenidos, excepto el de la medicina y del área de la salud, el panorama laboral para los egresas se tiñe de un color negro; sin embargo, tendrán posibilidades aquellos que logren responder a, al menos, una necesidad de la población.
El aumento de la demanda de empleos y la reducción de puestos de trabajo traerá como consecuencia una precarización y una reducción de los salarios, con lo cual el aumento de la pobreza es inminente en estados como Puebla.
Sin duda que los empleos relacionados con la tecnología de la información, las soluciones a problemas digitales y la entrega de productos sin exponer a los clientes a contagios de coronavirus, son las alternativas que se presentan para los jóvenes que se están incorporando al mercado laboral. Otra área de oportunidad, son los espacios para el registro y monitoreo de los trabajadores, ya que las empresas requieren a personal que verifique que se cumplan con las medidas sanitarias que establecen las autoridades para reducir la posibilidad de contagios. Es probable que estos trabajos para analizar el desempeño del personal que está regresando a la nueva realidad sean temporales; sin embargo, es un punto estratégico ante el reinicio de actividades.
Los egresados de las instituciones de educación superior están recibiendo un doble impacto ante la contingencia; sin embargo, no es momento de pensar en el hubiera, sino de responder y dar soluciones a los retos actuales en donde se requieren de personas comprometidas y empáticas con sus semejantes que están viviendo momentos difíciles.
jaime.zambrano@milenio.com
