Política

Sesenta años después

Sesenta años después de aquella memorable fecha, cuando un grupo de jóvenes decididos a formar parte del mundo del arte, nos encontramos por primera ocasión en la insigne academia de San Carlos, hoy, Escuela Nacional de Artes Plásticas, UNAM.

Luego de seis décadas, el pasado sábado 24 tuvimos otro reencuentro de exalumnos. Éste fue posible gracias a la coordinación de Humberto Samaniego (el Negro) y Adán López Martínez (ALM). La reunión se llevó a cabo gracias a nuestra compañera Irma Castillo. Ella nos ofreció una rica comida en su casa de la colonia Santa María la Ribera, Ciudad de México, urbe de mis amores, mis sueños y vivencias, unas buenas, otras no tanto.

La primera reunión de ex alumnos se llevó a cabo cuando se cumplieron 25 años de nuestro primer encuentro. En aquella ocasión supimos de algunos compañeros habían emprendido el viaje sin retorno. 25 años después organizamos la segunda reunión para celebrar nuestro 50 aniversario. La lista de ausentes se había incrementado. Al “pasar lista” de los compañeros idos, alguien dijo: ¡Así es la vida! Otro agregó: ¡Hoy estás, mañana quién sabe!

A este reciente reencuentro asistimos 18. Humberto y Adán localizaron a algunos amigos a quienes les habíamos perdido la huella. Fue satisfactorio reunirnos con ellos nuevamente.

Este reencuentro trajo a mi memoria recuerdos de tiempos maravillosos de mi juventud. Tuve la oportunidad de abrazar y charlar con algunos a quienes no había visto en muchos ayeres. Las remembranzas y las anécdotas surgieron una tras otra. Departir con viejos amigos es gratificante.

Los amigos que hicimos en aquellos inolvidables años que no volverán, quedaron anclados para siempre en nuestras vidas. Ellos, incluidas nuestras compañeras, son parte de nuestros recuerdos. Ese es el verdadero sentido de la amistad, lo experimenté con intensidad el pasado sábado cuando corroboré que a pesar de las ausencias prolongadas, la amistad prevalece.

Los amigos son importantes en todas las etapas de la vida, pero los amigos surgidos en nuestra temprana juventud tienen un significado especial, en virtud de que es la prueba fehaciente de una relación incondicional. Hoy, a sesenta años de distancia lo confirmo y lo sostengo.

Colofón

Por este medio envío un cordial saludo a quienes, junto conmigo integramos hace sesenta años esa maravillosa generación de San Carlos. Me disculpo con quienes por falta de espacio no mencioné en este texto. Ellos saben que se les quiere bien. Un abrazo. 


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Jaime Marín
  • Jaime Marín
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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