Lo que ocurra con la primera Ruta Empresa que empezará a rodar el lunes por el corredor troncal Artesanos-Tlaquepaque, conectada a dos rutas alimentadoras, será clave para el cumplimiento o no de la principal promesa de gobierno de la administración estatal que encabeza el priista Aristóteles Sandoval.
No quiero decir que por el hecho de que esta funcione, está garantizado que se logre la prometida modernización del transporte público, como palanca principal para lograr un nuevo esquema integral de movilidad, que tendría también como componentes el transporte masivo (Macrobus y líneas del Tren Ligero) y el transporte no motorizado, que ayude a desincentivar el uso del automóvil y a construir una ciudad más sustentable.
La Ruta Empresa Artesanos Tlaquepaque, que saldrá de la Colonia Guadalajara Oriente y terminará en Residencial El Tapatío, y viceversa, en un tramo de 29.5 kilómetros, y de 37.6 km, si sumamos los trayectos de las rutas alimentadoras, que saldrán de la Barranca de Huentitán y del Barrio de San Juan Bosco, representa apenas la primera de las 18 rutas troncales con las que se pretende reordenar los caóticos derroteros actuales del hombre camión que tantas muertes ha causado.Se calcula que tendrá la capacidad de hacer 22 mil viajes en los 24 camiones que transitarán en la ruta troncal y los 8 que circularán por las rutas alimentadoras. Para dimensionarlo mejor, la primera ruta empresa operará con 32 de los 5 mil 574 camiones que operan a diario en el Área Metropolitana de Guadalajara, y moverá 22 mil de los 4 millones 620 mil 371 viajes que se hacen a diario a en Guadalajara, incluyendo los del Macrobus y la Línea 1 y 2 del Tren Ligero.
Es decir, si funciona bien la primera Ruta Empresa, habrá resuelto una muy pequeña parte del enorme reto que significa reordenar por completo el sistema del Transporte Público. Pese a ello, es de suma importancia que se empiece bien para no poner en riesgo la implementación del nuevo modelo desde el inicio.
Estará pues a prueba todo el trabajo de preparación realizado en los últimos cuatro años, tanto en materia técnica como política y socialmente para retomar el control de este servicio público que ha estado secuestrado siempre por el pulpo camionero, y que ha dinamitado siempre los intentos de los gobiernos por acotarlo. El caso paradigmático de esta circunstancia, fue cuando los transportistas coludidos con distintas fuerzas doblaron en mayo de 1985 al genio y ex alcalde tapatío, Jorge Matute Remus, en el sexenio del priista Enrique Álvarez del Castillo, y les reventaron en unas cuantas horas el llamado "sistema ortogonal" de transporte con el que los quisieron ordenar.
Aristóteles se propuso romper con esa inercia y convertirse en el gobernador que reordenó el transporte. Si lo logra o no, es lo que se empezará a ver a partir del lunes, en el último tercio de su gobierno. Por el bien de la ciudad y de los que aquí vivimos ojalá así sea. Veremos.
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