Tener consejeros empresariales dentro de tu organización es un recurso útil para poder poner en evaluación y desde una perspectiva menos apasionada y mucho más precisa sobre las ideas, proyectos y/o mejoras en tu empresa.
Y no es que, cuando pienses en consejeros, venga a tu mente un grupo de “tlatoanis” o grupo de ejecutivos de alto nivel y reputación reunidos para aconsejar a un empresario, gracias al gran tamaño de empresa en la que se ha convertido.
Ahora ser consejero no es solo un grupo personas que solo puedan agregar relaciones, vista (publicidad), y por ende renombre para incrementar la credibilidad y mejorar la percepción pública de la empresa o institución, sino que hoy en día ser consejero es ser miembro activo que orienta y monitorea con responsabilidad.
Estamos viviendo la profesionalización del consejo como el vigilante de la empresa o institución (cualquiera que fuera).
Básicamente los consejeros tienen diferentes funciones y las características a observar en estos son de distinta índole, por lo que, en esta entrega, mencionare algunas que te pueden ayudar a elegir tus consejeros empresariales y delimitar sus funciones.
Evaluar: constantemente no sólo a los consejeros que conforman el Consejo de Administración, sino también a quienes conforman las comisiones. No solo elegir efectivamente a las personas, conocer y comprobar sus competencias, honestidad, dedicación sino, ponerlas a una supervisión constante para mejorar su efectividad y evitar malas prácticas.
Evaluar a los consejeros en una prueba anual sobre su funcionamiento y, además, proponer sobre sus resultados un plan de acción para mejorar o corregir sus áreas de oportunidad.
Además del prestigio profesional: los consejeros deben demostrar una competencia acreditada, aportar conocimientos, ideas y contribuir en la toma de decisiones de la empresa o institución, así como votar en contra en todo con lo que no apruebe totalmente.
La integridad: El nuevo consejero actual necesita honestidad, madurez, dimensión ética, responsabilidad y discreción para ganarse la confianza de los accionistas y no solo de la empresa o institución.
Ser consejero no solamente es asistir a las sesiones obligatorias o no obligatorias, sino tener la disponibilidad de tiempo, preparación y dedicación para desarrollar sus funciones y responsabilidades.
Para finalizar, la independencia: Los consejeros deben brindar confianza, no incurrir en lazos profesionales, de negocio o familiares con la empresa o institución, con los accionistas mayoritarios o grupos dependientes de la sociedad, tampoco podrá ser consejero de otra sociedad, de igual forma no desempeñar un cargo ejecutivo en otras sociedades del grupo.