Recordando al entrañable “Javi Noble” de la película “Nosotros los Nobles”, es casi imposible no recordar con gracia la “gran idea” que el personaje durante casi un tercio del filme presentó a sus amigos, padre y uno que otro conocido que se le cruzaba por su camino, y que consistía en proveer gasolina a domicilio con solo una App.
Ciertamente la idea era parte de la gracia que el director GazAlazraki pretendía imprimirle al personaje y que finalmente como se observo en el transcurso de la película nunca se llevó a la práctica, por lo absurdo de la misma y tal vez por la complejidad que implicaba ejecutarla.
Y es que, como idea, era buena, finalmente cumplía con ciertos requisitos como: saber quiénes eran sus clientes, el valor agregado a ofrecer (entregar gasolina a domicilio como parte del valor por que los posibles clientes pagarían por recibir), resolvía un problema o satisfacía una necesidad latente, en el entendido que como lo decía “Javi”, es una de las cosas que más le molestan a los usuarios de vehículos.
Sin embargo, como “Javi”, muchos grandes pensadores o ideólogos se quedan en eso, y no es que la idea de este personaje no fuera buena, sino que debía analizar la viabilidad sobre la ejecución en papel y en la viabilidad de su idea, y muchos creen que con solo tener una idea única, que resuelva un problema, sea novedosa, original o disruptiva ya se puede emprender.
La regla general dice que la fórmula para emprender es no solo tener una gran idea, sino llevarla a la práctica, pero más importante es aún analizar los posibles riesgos, gastos, prospectos o clientes interesados, entre otros factores que puedan decidir no solo que hacer, sino como hacerlo, es decir elaborar un plan de negocios.
Este te llevará de la mano por todos los aspectos principales a considerar en la empresa, que entre otros pueden ser:
Propuesta de valor, actividades clave que aseguren lo anterior, los socios o aliados, los recursos con lo que se requerirá operar la empresa, pasando por la fuente de ingresos y el control de costos.
Es de todos sabido que en ese momento “eureka” el emprendedor es presa de la emoción y la pasión y, en lo que menos puede o quiere pensar es en el análisis cuantitativo y cualitativo de su idea, pues en ese momento su momento de inspiración llegó y no puede ser distraído, sin embargo, es sano ubicar que la empresa no se inicia solo de buenos deseos y emociones y hay que plasmar la idea en un plan.