El 27 de enero de 1945 se llevó a cabo la liberación del campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau, por los soldados soviéticos, dejando en libertad a 7,500 prisioneros judíos.
El 27 de enero es considerado como la fecha oficial del Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 1 de noviembre del 2005 en la forma 60/7, con base en el derecho de la libertad de religión, la no violencia contra las personas que conforman las minorías.
Siendo el 75° aniversario de la liberación judía, la humanidad entera debe recordar, para no volver a vivir el mismo abuso que se cometió en una época de obscuridad, comandada por Adolfo Hitler, el Führer, en la llamada “la solución final”.
La historia es cíclica y si no aprendemos de los errores del pasado se pueden volver a repetir; nadie tiene derecho de abusar de otro ser, mucho menos ser partícipe del dolor que genera la tortura, el hambre y la humillación, por el simple hecho de pertenecer a un determinado pueblo o raza.
Seis millones de hombres, mujeres y niños judíos fueron exterminados, sin consideración alguna, llegando a la experimentación, sin importar el dolor, los traumas y daños ocasionados, incluso a las generaciones futuras.
Hoy más que nunca, en que existen sentimientos de violencia hacia los pueblos marginados, razas y refugiados, debemos buscar el transmutar esos sentimientos negativos, de odio y persecución, en compasión, benevolencia y comprensión.
Las luchas armadas dejan estragos en las personas, de manera global, lo mismo da que se presenten en Europa, Asia, África y América, el dolor es el mismo, las pérdidas se sienten igual; la tristeza, el hambre y la desesperación son similares en todas las culturas, sin importar creencias o religión.
Debemos sensibilizarnos y procurar comprender las diferencias y verlas como una oportunidad, más que un obstáculo, aprovechando el aprendizaje multicultural que podemos lograr, al interactuar desde el amor y la bondad.
Michael Laitman, profesor de Kábbalah, comentó en su programa de Youtube su preocupación por el antisemitismo que se está reproduciendo, generando ataques a judíos de parte de personas que están en contra por motivos de su raza y religión.
En estos tiempos en los que la tecnología y las redes sociales nos unen, es nuestra responsabilidad el no permitir el tolerar el abuso despiadado; por el contrario, es nuestro deber unirnos, para evolucionar hacia el amor y el bienestar de la humanidad.
Por esta razón, gobernantes y supervivientes de Auschwitz se presentarán, para promover la paz en la humanidad, en el campo de concentración, recordando lo que no se puede olvidar, el abuso y atropello contra un pueblo, creando conciencia de la existencia de la posibilidad de repetirse, si no ponemos un alto a los indicios de violencia global.
Es una lección para los pueblos, con el fin de elegir a mandatarios que los mueva el conciliar y no el atropellar.