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Desacondicionamiento físico

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Con el confinamiento, muchas personas decidieron suspender totalmente sus rutinas de actividad física. Algunos lo hicieron parcialmente, ejercitándose en casa, siguiendo tutoriales en internet o modificando sus rutinas para hacer lo mínimo necesario para evitar el desacondicionamiento físico.

Se ha demostrado científicamente que, si se permanece inactivo por dos o tres semanas se pierde del 40% al 50% de la fuerza muscular, presentándose además modificaciones importantes en el funcionamiento cardiovascular y el metabolismo. Si este periodo se prolonga por más de 8 semanas estas modificaciones se acentúan, afectando la densidad mineral ósea, osteopenia por desuso.

Quienes, además de haber reducido el ritmo de sus actividades ordinarias por el encierro, sufrieron alguna enfermedad que los obligó a estar en cama, el cuadro es más severo y depende de factores individuales relativos al caso en particular, destacándose la severidad de la enfermedad o lesión sufrida, la duración del periodo de reposo y las patologías asociadas, como diabetes y el estado nutricional. También son determinantes la reserva cardiovascular, la edad y el sexo.

El proceso de recuperación requiere de más tiempo, debido a que el proceso de puesta a punto del reacondicionamiento funcional de todos los aparatos y sistemas del organismo es más lento que el del desacondicionamiento. Todos los procesos de reorganización después del caos son complicados.

En el sistema muscular, la debilidad generalizada, atrofia muscular, condiciona disminución de la tolerancia al ejercicio ocasionada por los cambios metabólicos. Estudios han demostrado que una persona en reposo en cama pierde entre 1 a 1.5 la fuerza efectiva por día en las dos primeras semanas, que corresponde aproximadamente a una pérdida entre el 10 y el 20% por semana; la pérdida es mayor en la primera semana de inmovilización.

Los músculos antigravitatorios como los gastrocnemios y espinales son los que se debilitan y se atrofian más rápidamente. El hueso normalmente se encuentra en un estado de equilibrio dinámico entre la formación y la resorción. Este estado está influenciado por el estrés que exista sobre el hueso, conocida como la ley de Wolff . El soporte de peso es el principal estímulo que favorece la formación de hueso, el estrés generado por la actividad muscular también favorece la formación ósea. Durante la inmovilización se pierde este estrés y esto lleva a aumentar la reabsorción ósea causando osteoporosis. Estos cambios metabólicos se presentan en forma temprana a partir de las primeras 30 horas de inmovilización. Se ha calculado que se pierde un 1% del contenido mineral óseo vertebral por semana.

Cardiovascularmente el desacondicionamiento causa un aumento de la frecuencia cardíaca a cualquier ejercicio. Hay descompensación en la tensión arterial.

Así que debemos tomar las cosa con calma, prepararnos adecuadamente para el retorno sin riesgos a nuestras rutinas de actividades físicas y deportivas. Mas vale prevenir

dr.ignaciocardona@gmail.com

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Ignacio Cardona
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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