Amo el teatro porque nunca deja de sorprenderme; apenas empiezo a pensar que “ya lo he visto todo”, aparece un montaje que me borra esa absurda idea.
¿Qué decir entonces cuando en una misma semana me sentí maravillado en cuatro ocasiones con puestas en escena enteramente distintas, pero igualmente fascinantes?
Sí, encontré uno de esos raros tréboles de cuatro hojas que, según dicen, significan pura buena suerte. Vamos viendo cada una de esas joyas:
CARRO DE COMEDIAS/UNAM
Mi buena suerte comenzó el sábado en la explanada central del Centro Cultural Universitario, donde arrancó su temporada anual el Carro de comedias con el estreno de El gran teatro del mundo, de Calderón de la Barca.
Para quienes no lo conozcan contaré que se trata de un proyecto exitosísimo de la UNAM y que consiste en un carro, literalmente, que se convierte enteatro y viaja por muchas ciudades del país (como si se tratase de Tespis, aquel griego creador del teatro) representando comedias.
La sede de este espectáculo es precisamente este patio, en el que una vez más volvieron a cautivar al público con una obra nada fácil pero que en la adaptación y dirección de Andrés Carreño, se vuelve accesible a todo mundo, sin perder un ápice de su profundidad y emotividad.
Que mejor muestra de esto: En su función de estreno, cuando uno de los personajes pide a gritos recursos porque no tiene siquiera para comer, de entre
el público surgió un pequeño de unos 7/8 años y conmovido y atrapado le dio unas monedas.
Brillante trabajo en el que destacan también la escenografía y el vestuario de Mauricio Ascencio, la música y el diseño sonoro de Julio Gándara, y sobre todo seis jóvenes y muy grandes actores: David Barrera Bautista, Tamara G. Cano, Rosa Luz, Paulina Márquez, Marlon Perzabal y René Agreste.
Carro de comedias se presenta sábados y domingos a las 11 horas. Entrada gratuita.
MIEDO COME MIEDO…
La gran Lola Cortés, que de teatro sabe mucho, afirma que un verdadero
artista es aquel que en el escenario se arriesga, se lanza al vacío sin red para conmover al público.
Esta idea me vino a la mente el jueves pasado cuando vi Miedo come miedo…sueños al vuelo, un deslumbrante montaje de danza teatro, dirigido, coreografiado e interpretado por Fernando Alfonso Leija Flores, y que es un alarde de ingenio, creatividad, magia pura en el escenario.
Con sólo cuatro cubos de madera y luz, pero especialmente con un manejo prodigioso de su cuerpo, Fernando Alonso atrapa a los espectadores, que van desde pequeños de dos y tres años, y los lleva a un viaje fantástico de sensaciones y emociones hermosísimas.
En cada segundo de la puesta en escena, que apenas se extiende 40 minutos, el intérprete tiene al público al filo de la butaca, y en más de una ocasión se escucha desde la sala un oh de asombro o un ay de preocupación por lo que se arriesga en escena.
Henry Torres Blanco es el responsable de la brillante, nunca mejor dicho, iluminación. Alejandro Chávez Flores es el asistente de dirección, pendiente de lo que sucede cada segundo.
Las funciones de Miedo como miedo son en el teatro de la danza, atrás del Auditorio Nacional concluyen hoy domingo a las 17 horas. Y si no alcanza a verla hoy, búsquela próximamente pues la compañía Flores Teatro/danza se presenta constantemente en distintos espacios.
SIN FECHA DE CADUCIDAD
El mismo jueves a las 20 horas, también en el Conjunto Cultural del Bosque, siempre lleno de gratas sorpresas, tuve el gusto de ver Sin fecha de caducidad, conmovedor, divertido y valiente montaje que aborda un tema del que pocas veces se habla: la vejez.
Con dramaturgia y dirección de Edurne Goded, Sin fecha de caducidad forma parte de un tríptico en el que se abordan diversas aristas de la femineidad. Las otras dos obras se estrenarán próximamente.
En escena, tres mujeres (Regina Flores Ribot, Mónica del Carmen y Tae Solana Shimada) dan voz a experiencias propias y de otras y ponen sobre la mesa asuntos como menopausia, juguetes sexuales, vida en pareja, viudez y otros muchos que invitan al público a pensar y luego, al finalizar la función, a un breve diálogo analítico.
Gracias a Angela Pastor, asistente de dirección y productora ejecutiva de Sin fecha de caducidad por invitarme a verla. La obra se presenta de jueves a domingo hasta el 27 de abril.
QUÉ LOCURA ENAMORARME YO DE TI
Sí, nada menos que la canción de Eddie Santiago que nos ha hecho bailar a todos, es el origen y el título de una puesta en escena estupenda, que reúne el trabajo y el talento de tres grandes artistas: Gabriela Wiener, Paula Couto y
Hugo Arrevillaga Serrano. El texto de Gabriela cuenta una situación cada vez más común: una triareja (dos mujeres y un hombre) viven una apasionada, pero nada fácil historia de poliamor. La voz narrativa es la de en medio --esposa de él y amante de ella--, que tiene un humor que no para, que atrapa, que envuelve desde el principio, y que al mismo tiempo es dura y critica con ella misma.
“Duermo con un hombre, una mujer y un bebé, el hijo que tuvieron hace poco mi marido y mi mujer”, dice Paula, la actriz, la gran actriz que da vida a este monólogo nada convencional, lleno de matices, de cambios, de retos para quien lo interpreta. Paula lo borda cada segundo.
Para llegar a ello, ella contó con la mano maestra de uno de los mejores directores de la escena mexicana: Arrevillaga Serrano, quien una vez más demuestra su creatividad infinita y su larga y sólida experiencia, y no sólo en la dirección, sino también el diseño de escenografía, y en el de iluminación, este último compartido con Ariadne Alfonseca de la Cruz.
Qué locura enamorarme yo de ti se presenta los viernes en el Centro Cultural El hormiguero (Gabriel Mancera 1539). Cuatro joyas escénicas. ¡Amo el teatro que me ofrece estas vivencias inolvidables!