A últimos tiempos he tenido algunos tropiezos en materia de salud, de modo que en vez de andar en la jarana y el borlote, mis nuevas amigas son cajas de pastillas y estoy más picoteado de agujas que de zancudos. Nada más natural, entonces, que me ponga a pensar en mis días y en el tema salud.
Pero no hablaré de mí, sino del negro panorama que veo avecinarse en el sector salud.
Porque el saber común dice que de las tres cosas que uno necesita (salud, dinero y amor), solo la primera es la realmente indispensable, porque uno la usa para procurarse las otras dos. Y nada bueno se ve en el futuro.
Dice el Presidente que recibió el sector hecho una ruina. Una ruina que funcionaba, digamos de entrada. Que era un cochinero de corrupción. Un cochinero que funcionaba.
Para la mayoría de los mexicanos, el seguro brindaba una atención a veces gruñona y a veces pobre de elementos, pero la verdad es que todos le exigimos al Seguro Social una atención que en cualquier latitud nos costaría un ojo de la cara.
Veamos un mínimo recuento de cómo están las cosas en salud. Primero, hubo un montón de despidos. Todos dimos cuenta del modo en que el machete de La Cuarta Transformación mutiló al sector, y más o menos lo aceptamos en nombre de la austeridad (aunque falta preguntarle a los recortados).
Luego vino el anuncio de que el sector se consolidaría y de que desaparecería el Seguro Popular, sin datos más que le palabra presidencial de que todo estaba mal. Pero han pasado los meses y ni visos de la tal consolidación, ni medidas al menos inteligentes para reparar la dichosa ruina.
Hasta hace poco vi el anuncio de que al fin se inició el proceso para autorizar la compra de insumos para la industria farmacéutica… pero que tomará meses antes de que se regularice. El sector farmacéutico nacional, parado. Todo porque no había decisiones, ni firmas, ni nada, en uno de los sectores estratégicos del país.
Hoy me entero de que por lo mismo, por falta de planeación, de inteligencia o qué se yo qué nueva gansada, se suspende la aplicación del tamiz neonatal hasta nuevo aviso.
Si esto es cierto, tendremos una generación de mexicanos dañados por la taradez de un gobierno que no distingue su pie izquierdo del derecho. No se vale