Hoy mi mamá hubiera cumplido años. Nació en 1934, así que hubiera cumplido 86. Pero no alcanzó a vivir para ver a este México que la nueva administración está arruinando a gran velocidad. Seguramente no le gustaría ver en qué se ha convertido el Seguro Social, en donde trabajó muchos años, pero sobre todo creo que no entendería la lógica de la cuarta transformación.
Verán ustedes, mi mamá creía básicamente que toda la gente es buena, y tuvo una vida difícil enfrentando la realidad de hombres, jefes y personas que para nada cabrían en su noción de gente buena. Seguro que le habría gustado el concepto de "pueblo bueno" que el Presidente enarbola para todo, a guisa de escudo, pero no habría avalado la bondad que ha demostrado ese pueblo bueno a la hora de la hora.
Creo sobre todo que mi mamá no habría entendido las bondades de ese humanista plan anunciado ayer por la mañana por López Obrador. "Se tomó la decisión de rifar el avión", dijo. Pero resulta que el procedimiento anunciado no más que una maroma verbal, porque el avión no se va a rifar y lo que anunció como un proyecto digno es solo un vil y pinchurriento fraude.
El Presidente usará del aparato del poder para chantajear a empresarios y mexicanos para obligarlos a que compren seis millones de cachitos de a 500 pesos, para tener la posibilidad de ganarse… no el avión, sino uno de 100 premios de 20 millones de pesos cada uno.
Salió vivo el inquilino de Palacio. Venderá los boletos para sacar de ahí los montos de los premios y quedarse con unos 800 millones de pesos de utilidad… Momentito, ¿que no es eso lo que hace la Lotería Nacional?
Y además hay que considerar que todo este asunto de reinventar la Lotería Nacional se deriva de una inmensa necedad presidencial: negarse a usar el avión que para ese fin habían adquirido sus antecesores. En vez de ello, habla de grandes ahorros (sin dar números) y ofrece disculpas si alguien se molesta por tener que viajar en el mismo vuelo: que compren otra u otra hora, dice con una insultante sonrisa socarrona. Pero… ¡no le puedes decir nada si no "votaste" por él! Y la jauría morenista defiende su ignorancia como si fuera una gracia y no evidencia de una mente perturbada. No, mi mamá probablemente habría tenido que repensar su idea de la bondad innata de las personas…