Política

Cegueras y contrastes

  • El país de las maravillas
  • Cegueras y contrastes
  • Horacio Salazar

Dice el refrán que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Es correcto. Y la transformación de cuarta está demostrando, un día sí y otro también, una peculiar ceguera selectiva que, a falta de palabras para calificarla debidamente, llamaré simplemente cobardía.

Según sus palabras, el presidente Andrés Manuel López Obrador no iba a doblegar la cerviz ante las exigencia migratorias de su vecino del norte. Según sus palabras, a los migrantes centro y sudamericanos se les abrirían las puertas de México, país generoso, y se les darían hasta visas de trabajo.

La realidad ha sido tan descarnada como falsas las palabras del Presidente. No solo se ha desmantelado y atacado a las corporaciones de seguridad, sino que el engendro resultante, la Guardia Nacional, nació torcido, dedicado no a la misión urgente de abatir la violencia interna en el país, sino a la tarea, más ingrata y pedorra, de actuar como cadenero de ese emporio tabernario y endrogado que se llama Estados Unidos.

Hemos podido ver en las noticias las imágenes de migrantes barridos a la mala por elementos de la Guardia Nacional. Pero dos personalidades a las que esto debería resultar obvio han demostrado la citada ceguera de conveniencia: el Presidente, para quien los actos de los elementos militares han sido motivo hasta de elogio (“muy bien” y “no utilizando la fuerza”), evidencia de que no ve lo que no le conviene, pero más bochornoso es el caso de la por otro lado melcochosa cortesana titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Rosario Piedra Ibarra, demasiado ocupada en denostar a una chef que, ¡horror!, cobraba más que una cocinera como para ocuparse de los derechos humanos de los migrantes.

Algunas personas que no hilan demasiado fino han opinado que el problema quizás tenga que ver con la edad. El Presidente tiene 66 años y la titular de la CNDH tiene 68. Según esta perspectiva, los susodichos no son ciegos por su voluntad, sino que son viejitos tercos y miopes. Al margen de que en verdad son personas obcecadas y de talante autoritario y autocrático, no creo que eso sea la razón detrás de su perversidad y su conducta mentirosa.

¿Por qué lo digo? Bueno, si de años se tratara, ahí tenemos a Porfirio Muñoz Ledo, que a sus 86 primaveras todavía tiene los arrestos para tratar de hacerle ver al Presidente y a doña Rosario la torpeza de sus acciones. Fue inútil: la corte morenaca le hizo montón.

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.