Los mexicanos tenemos el derecho constitucional a poseer armas de fuego, pero comprar y poseer legalmente una pistola es extremadamente complejo en un único mercado lícito controlado por el Ejército.
En Estados Unidos cualquier persona puede comprar un rifle AK-47 hasta en algún supermercado de autoservicio.
En la frontera estadounidense con México hay más de nueve mil tiendas que únicamente venden armas y según estimaciones conservadoras el negocio de contrabando de armas hacia México mueve cuatro mil millones de dólares por año.
En México hay alrededor de 13 millones de armas ilegales en manos de civiles.
El negocio de las armas va viento en popa. Ya los popotes y las bolsas plásticas son más perseguidos por el Gobierno que los fusiles y las pistolas.
En EUA la Asociación Nacional del Rifle paga públicamente las campañas electorales de muchos diputados y alcaldes y maneja una multimillonaria maquinaria de cabildeo.
En México nadie detiene la entrada ilegal de armas y nunca se ha tocado con el pétalo de un periódico o de una averiguación a algún capo gringo del “Armatráfico” (La palabra no existe y eso también es síntoma de que nos tienen distraídos de lo realmente importante)
Ante las dolorosas tragedias de homicidios cometidos por menores en escuelas, la Prensa y la opinión pública tienen como reflejo instintivo cuestionar la estabilidad sicológica de la víctima/agresor, indagar su entorno socioeconómico parental y familiar, y ubicar influencias mediáticas en videojuegos y redes sociales.
El acceso al arma parece comentarse poco en la narrativa popular.
Hacer este perfil es necesario, pero las tragedias son singularidades derivadas siempre de la concatenación de dolorosas circunstancias e infortunados factores.
Sólo la facilidad de obtener el arma ilícita convirtió en tragedia una situación que hasta ahora y aquí paraba en riñas y puñetazos juveniles
Así pues es relevante respondernos: ¿Dónde pudo un niño obtener una pistola? y ¿Cómo pudo aprender lo elemental para cargarla y dispararla?
Estamos muy tristes en La Comarca.
