El lenguaje importa mucho en la concepción de los fenómenos sociales, no solo afecta nuestra percepción de los mismos, sino que nos permite explicar lo que sucede en la vida real con tan solo algunos conceptos.
Eso ocurrió cuando se construyó el primer puente “peatonal” en el siglo pasado, al hacerlo se consagró en el imaginario colectivo una división de fondo en el uso de las calles: los espacios urbanos privilegiados se destinaron a los automóviles mientras que las personas a pie quedaron marginadas a estrechas aceras.
Se aceptó como natural la existencia de vías rápidas que dividieron barrios, partieron en dos colonias y obligaron a los peatones a triplicar la distancia y multiplicar el esfuerzo para llegar a su destino.
Tan naturalizamos el concepto que desde las redacciones de diarios, radiodifusoras y televisoras comenzamos a criminalizar a quienes no usan puentes “peatonales” por flojos.
Esos puentes, sin embargo, están hechos para comodidad de los automovilistas, sin considerar las necesidades de personas vulnerables, adultos mayores, niños, embarazadas, con discapacidades para quienes su cruce representa un mayor esfuerzo físico. Además, incentivan la velocidad y el uso del automóvil, por eso son “antipeatonales”.
Ese concepto, por fortuna, está siendo rebasado por ideas nuevas, acordes con ciudades incluyentes, donde la hegemonía del automóvil queda atrás y se pone en el centro de la política pública a las personas.
Eso lo han entendido ciudadanos activistas, pero también una serie de políticos y funcionarios que apoyan y han participado en el retiro de esas estructuras estorbosas y que muchas veces están hechas más para colgar publicidad que para facilitarle la vida a los andantes.
La lista de alcaldes que se sumaron al cambio comienza a crecer: Jesús Estrada Ferreiro en Culiacán; Raúl Morón en Morelia; Pablo Lemus en Zapopan; Claudia Rivera en Puebla; Claudia Sheinbaum en Ciudad de México y algunos que ya no están en el cargo, como Rodrigo Sánchez en Sahuayo.
La Liga Peatonal, un organismo civil nacido en 2014, fue de las primeras organizaciones en demandar el retiro de estos puentes, pero en los últimos años el activismo peatonal ha crecido y sumado a otras agrupaciones, como la Coalición Visión Cero (en referencia al objetivo de cero muertes viales).
El martes de la semana pasada, en la Ciudad de México, fue retirado un puente antipeatonal que será sustituido por un crucero seguro, puente que unía al mercado de la colonia Juárez con los teatros Telmex y cuyo retiro beneficiará a los alumnos de la escuela primaria Horacio Mann, pero también a miles de personas que día a día cruzan avenida Chapultepec.
Es parte de un proceso de transformación de toda la avenida, en donde se redistribuyen los espacios para equilibrar el uso de la calle y en vez de tener hasta 12 carriles para automóviles, se incluyen aceras más amplias, mobiliario urbano renovado, ciclovías, iluminación y arbolado, además de nuevas redes de agua potable y de drenaje.
De esas transformaciones queremos ver más en nuestras ciudades. Enhorabuena.
hector.zamarron@milenio.com
Twitter: @hzamarron