Morena no gobierna en ninguno de los seis estados que tendrán elecciones para renovar gubernaturas en 2022 y aun así es probable que sus candidatos y candidatas ganen en todos, o en al menos cinco de seis.
En política no hay nada escrito, pero las tendencias y las encuestas son herramientas útiles para trazar estrategias y, en el caso de las elecciones estatales del próximo año, lo más difícil sería perder, pues a 176 días de la elección las primeras encuestas y la coyuntura política benefician al partido de la Cuarta Transformación.
Si las tendencias se confirman, el PRI entregaría a Morena Oaxaca e Hidalgo, mientras que el PAN perdería la elección en dos de los tres estados que gobiernan y en que habrá elecciones: Durango y Tamaulipas, porque en Aguascalientes el resultado aún es incierto. Si bien los sondeos favorecen al PAN, la disputa por la candidatura entre el senador Toño Martín del Campo y la diputada federal Tere Jiménez abrió una puerta para que Morena se cuele y pelee con posibilidades la gubernatura.
En Quintana Roo, la coalición gobernante de PAN-PRD apenas si resistirá, así que Morena puede aumentar su control político sobre el territorio nacional en 2022, al pasar de gobernar 15 estados a 20 o hasta 21 estados, es decir, más o menos las dos terceras partes del país.
Está claro que si Morena se afianza de tal forma puede llegar en muy buena condición para disputarle al PRI el gobierno del Estado de México en 2023, una entidad donde no ha habido alternancia y que representa un símbolo para el priismo. Rumbo a la elección presidencial Morena sería imbatible ante una oposición desatinada que aún no logra hallar cómo conectar con las mayorías de la sociedad mexicana.
En los estados que Morena aventaja lo hace por 10 o más puntos, lo que convertiría la campaña electoral en un día de campo para los y las aspirantes de ese partido. Por eso incluso es que la verdadera elección está en curso desde ahora.
El reto para Morena será lograr que el proceso para la designación de candidatos no los debilite: las encuestas internas, tal y como lo anunció el presidente de Morena, Mario Delgado, desde el 8 de noviembre. Son encuestas cuyos detalles solo conoce la dirigencia de ese partido, ni siquiera los participantes, en un cuestionado método que podría repetirse en 2024 para la candidatura presidencial.
Mientras la atención de los medios y el público está en otra parte, en Morena planean terminar el año con su lista de aspirantes decidida. La regulación de las precampañas en México data de ese tipo de elecciones, cuando el PRD se volvió hegemónico en Ciudad de México (¡sí, una vez lo fue!) a principios de siglo.
El gasto en propaganda preelectoral y la búsqueda del voto llegó a niveles escandalosos en las entonces delegaciones de la capital —no para el proceso electoral sino para lograr la candidatura, pues una vez con ella lo demás era ir en caballo triunfador.
La buena noticia es que por las nuevas reglas electorales que garantizan la paridad de género y la igualdad, en la mitad de los puestos de elección los partidos deben tener candidatas mujeres.
hector.zamarron@milenio.com
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