Este jueves y, con motivo del día de la Libertad de Expresión, acudí a un desayuno a invitación del Ayuntamiento de Tampico que preside Chucho Nader y cuyo responsable en la Comunicación Social es Juan Zaleta.
Ahí me di la oportunidad de saludar a antiguos compañeros reporteros, camarógrafos, fotógrafos, columnistas y uno que otro directivo de medios tradicionales.
También conocí a algunos propietarios y responsables de medios digitales, hoy por hoy, copartícipes de la información, prácticamente a la par de la radio y televisión.
Me gustó, como en antaño, la camaradería existente, porque les cuento que desde hace algunas décadas los reporteros que cubríamos las fuentes en sus diversas áreas, decidimos que era el momento de llevar buenas relaciones, con amistad y respeto y, en ocasiones, con cooperación conjunta.
Eso solo sucedía en esta parte de Tamaulipas; en otras ciudades y estados eran y son enemigos acérrimos. “¿Como para qué?” me sigo preguntando.
Recuerdo que casi todos éramos nuevos en el oficio y muchos estudiamos la carrera que dos universidades del sur brindaban en el área de la información. Nuestros maestros fueron viejos periodistas con formación empírica que se forjaron a piedra y lodo con una libreta y un lápiz, sin siquiera tener un vehículo para trasladarse y buscar la noticia. Qué tiempos aquellos.
Celebrar la llamada “Libertad de Expresión” a lo largo de los años ha dependido de muchos factores, ya que ha habido cacicazgos sindicales, porrismo, políticos de piel delgada y, más tarde, crimen organizado y gobiernos totalitarios.
Pero ahí seguimos, aun cuando la muda amenaza está palpable con las estadísticas de periodistas asesinados en nuestro México, peor que en países donde la guerra, los mandatarios autocráticos y totalitaristas dominan su entorno a cualquier costo.
Hablar bien de Tampico, de sus buenos gobiernos, de su futuro inquebrantable, del derecho a defenderlo, es parte de esa libertad; si el pensamiento se traduce en expresión, nada de malo tendrá decir lo bueno, ya que de lo malo hay mucha tela para cortar; expresemos lo positivo.
