Política

Los maestros, es un decir

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Ah, la CNTE, los maestros (es un decir) lo han logrado otra vez: desquician la ciudad, joroban a los ciudadanos, fastidian a todos y todas, ¿y qué pasa? Nada. Ni con el zócalo de una rosa. Le hizo gracia a Gil ver aquella explanada abarrotada de toldos y casas de campaña: “Villas del Bienestar”.

Su periódico La Razón ha documentado en una nota de Yulia Bonilla cómo se la pasan los maestros y las maestras (es otro decir) en el plantón: “Amenazas de aborto, descontrol diabético y de hipertensión y fuertes infecciones estomacales, son algunos de los problemas de salud que ya se comienzan a presentar entre integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación que ya llevan semana y media en plantón en el Zócalo capitalino. Frente a la Catedral Metropolitana se instaló una carpa con mesas y personal médico costeado por el magisterio y donde profesionistas del Gobierno de la ciudad ofrecen servicios para atender cualquier necesidad de salud que se presente. Sin embargo, apenas en ocho días los insumos con los que se previno el magisterio disidente se terminaron y las enfermedades y riesgos a la salud están presentes”.

Cobrar por protestar

Gil diría: que regresen a sus casas. No, se les paga para estar ahí, y cobran sus dineros. Nomás faltaba. Así lo señaló Erick Jovany Vázquez Victoria, titular de la Secretaría de Previsión y Asistencia Social de la Sección XXII, encargado del módulo médico del plantón, quien detalló a su periódico La Razón que a diario reciben al menos 200 personas con alguna complicación de salud, que puede ir desde un dolor de estómago hasta amenazas de aborto, por las condiciones en las que se encuentran: “hemos tenido riesgos de aborto, ya con bastantes semanas de gestación, hemos tenido compañeros hipertensos, con la presión muy alta, compañeros diabéticos que sí se ha alterado mucho su glucemia. Tenemos ahorita, por ejemplo, compañeras con sangrados vaginales, que ponen en riesgo su vida, y a todos ellos los estamos canalizando a hospitales”.

Como parte de los preparativos para este plantón, la CNTE reunió fondos para adquirir los insumos necesarios, pero dada la alta demanda de atención médica, éstos ya comienzan a escasear, lo cual complica el servicio que se brinda, mientras las necesidades se siguen presentando. “Estamos ya generando la interlocución con la gente para que nos puedan dotar de más medicamento porque ya hoy, a varios días del plantón, ya tenemos casi finiquitado nuestro medicamento y ya no nos va a ser posible brindar la misma atención. Necesitamos adquirir más. Estamos solicitando el doble de lo que trajimos”.

Y es que la estancia de menos de una semana que originalmente se preveía para el plantón se ha extendido más allá de este plazo, además de que los inconformes se han movilizado a más de una veintena de puntos, con marchas de largas horas. El responsable del área de sanidad indicó que, para las movilizaciones, muchas veces los maestros deben levantarse desde las primeras horas del día, lo cual impide un descanso inadecuado, pues además duermen en colchonetas y cartones, con los que llegaron a instalarse en la Plaza de la Constitución.

Los baños

Además del agotamiento de medicinas e insumos para la salud, los servicios sanitarios disponibles también se han visto rebasados. Desde las primeras horas de cada mañana, los baños públicos ubicados entre varias taquerías de la calle Isabel La Católica tienen a su exterior filas kilométricas. La espera para pasar puede ser de entre una y dos horas, lo cual dificulta las labores de limpieza y esto, a su vez, abona a la falta de higiene que lleva a infecciones estomacales, en vías urinarias y vaginales. Durante un recorrido de los reporteros, se pudo observar que algunas coladeras han sido habilitadas como sanitarios de “urgencia”, apenas cubiertos por unas lonas, cerca de las cuales se preparan algunos alimentos sobre “cocinas” de carbón improvisadas.

Esos maestros, es un decir, se someten a los calorones, a las calles repletas por una plaza, un salario transa y corrupto. Gil no olvida que Liópez era el gran aliado y amigo de la CNTE. Gil repite su apotegma: los aliados de hoy serán los enemigos de mañana.

Todo es muy raro, caracho, como diría Karl Kraus: “el diablo es optimista si cree que puede hacer peores a los hombres”. 


Gil s’en va


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Gil Gamés
  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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