Política

Hugo Aguilar: los dados cargados

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Ya corren los ríos de tinta y se tiran al mar cibernético las redes sociales en la cuales se afirma que por el solo hecho de ser mixteco, Hugo Aguilar es el personaje ideal para presidir la Corte durante dos años. El número que venía en primer lugar en los acordeones mediante los cuales se indujo el voto era el de Aguilar Ortiz. En esos ríos y esas redes brincan de alegría porque consideran que los indígenas, por el solo hecho de serlo, son mejores que el resto de las personas, pobres o ricos, blancos o negros. Gil está a punto de disfrazarse de tojolabal para ser moralmente superior. El asunto se puso de moda ideológica allá en los noventas, cuando el EZLN y toda la zarandaja del color de la tierra.

Ahora mal sin bien, para la composición de la Corte de mañana, Hugo Aguilar puede ser lo menos malo, sin toga y con textiles indígenas de gala. Imaginen esto: en dos años vendrá Lenia Batres, luego, Yasmín Esquivel; seis años después, Loretta Ortiz; más tarde, María Estela Ríos. La verdad, Gil habría votado por el Ministro Chicharrón para estrenar esta nueva, flamante Corte de la nación. ¡Ay, mis hijos!

La primera entusiasta ha sido la Presidenta, quien considera que la representación de los pueblos originarios en la Corte es “un cambio muy profundo”: “Nos da mucho gusto, la verdad, no ha habido un representante indígena desde Juárez o el Nigromante”.

Le viene de atrás la cosa

Una semblanza muy completa publicada en su Animal Político escrita por Neldy San Martín y Guadalupe Fuentes cuenta que el abogado mixteco Hugo Aguilar hizo campaña para ministro con la frase “ya nos toca” y se comprometió con la justicia ambiental y de las comunidades indígenas, pero desde el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas coordinó consultas para los megaproyectos prioritarios del ex presidente Andrés Manuel López Obrador sin cumplir con los estándares internacionales de derechos humanos. ¿Cómo la ven?

Aguilar fue propuesto como candidato a la Suprema Corte por el Poder Ejecutivo y recibió el apoyo público de Claudia Sheinbaum. El 22 de febrero, antes del inicio formal de las campañas, pero ya con las listas de candidatos publicadas por los comités de evaluación, Sheinbaum expresó su respaldo, sin decir su nombre. “Queremos que un indígena llegue a la Suprema Corte de Justicia de la Nación”, dijo la presidenta. Hugo Aguilar fue el único aspirante indígena. Así es el vaticinio, esa forma de ver el pasado a través del futuro, o como se diga.

Un viejo conocido

Gil sabe que durante las campañas, el nombre de Aguilar y su número, el 34, coincidían en primer lugar en los acordeones impresos y digitales que fueron distribuidos de forma masiva para favorecer a candidatas y candidatos morenistas. La operación dio resultado.

Neldy San Martín y Guadalupe Fuentes han investigado que desde 2018, Hugo Aguilar fue coordinador general de Derechos Indígenas del INPI, el abogado mixteco se encargó de coordinar las consultas de los megaproyectos de la autoproclamada cuarta transformación, como la del Tren Maya y la del Corredor Interoceánico. Caramba, las piezas se acomodan de una forma tan sencilla que todo parece muy complicado. En esos proyectos hay señalamientos de simulación, las consultas fueron a mano alzada y no fueron informadas y de buena fe conforme al Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En el caso del Tren Maya, el 15 de diciembre de 2019, Hugo Aguilar participó en una sesión informativa en Xpujil, Calakmul, Campeche, según consta en el acta de la asamblea. Ahí, Aguilar Ortiz aseguró que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador quería hacer “las cosas diferentes” y se iba a “decidir con el pueblo”.

Sin embargo, ni Hugo Aguilar ni algún otro funcionario del gobierno les informó sobre las consecuencias del megaproyecto ni les presentaron los estudios de impacto ambiental. Años después, en marzo pasado, la propia Alicia Bárcena, titular de la Semarnat, reconoció lo que activistas y defensores ambientales advertían: el Tren Maya ha causado daños ambientales.

Todo es muy raro, caracho, como diría Alonso de Ercilla y Zúñiga: “Lo malo nunca lo es de repente”. 

Gil s’en va


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Gil Gamés
  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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