Gil leyó que había sido una de las semanas más violentas en México: en unos cuantos días, cinco masacres y 57 muertos. Según una nota de Manuel Espino en su periódico El Universal, la más letal fue la de Reynosa, Tamaulipas, donde 19 civiles fueron asesinados por sicarios del Cártel del Golfo, le siguió el motín de la cárcel de Villahermosa, Tabasco, seis reos muertos; en Salvatierra, Guanajuato, 7 personas fueron asesinadas en un taller mecánico; un grupo armado irrumpió en Fresnillo y el encuentro armado dejó 18 muertos. Dice la nota de Manuel Espino que han ocurrido 250 ataques, según Causa Común de María Morera, y se pueden contar hasta 2 mil 700 atrocidades entre enero y junio de este año terrible.
En el mismo orden de cosas, como se dice en los medios y medias (lenguaje inclusive) de comunicación, en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil revisaba una nota de la agencia EFE reproducida en el portal Sin Embargo en la cual se informa que “en menos de una semana, México sumó dos masacres en los estados de Tamaulipas y Zacatecas, debido a la creciente violencia y disputas por territorio entre grupos del crimen organizado”.
Paz y sepulcros
Ni hablar, todo mal en materia de seguridad, pensó Gamés. Pero, ¡momento! el Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo este sábado que “el país ‘está en calma’ y aseguró que hay gobernabilidad y tranquilidad tras las elecciones intermedias del 6 de junio, pese al aumento de violencia por disputas de cárteles”.
“No hay movimientos poselectorales, de protesta, el país está en calma, hay gobernabilidad, hay tranquilidad”, dijo el mandatario durante una gira por la ciudad de Ensenada, Baja California en la que inauguró un cuartel de la Guardia Nacional. Agregó que diariamente se les da seguimiento a los problemas de inseguridad y violencia en el país y de esa forma se consolidará la seguridad pública.
“Se puede tener crecimiento económico, incluso mejorar las condiciones de vida y de trabajo, pero si no hay seguridad no se avanza, es fundamental”. De acuerdo, piensa Gilga.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) de México reportó dos mil 963 homicidios en mayo, cifra con la que se apuntó en el mes más violento en lo que va de 2021 y uno de los 10 más sangrientos en lo que va de la Administración del presidente López Obrador. México ha registrado los dos años más violentos de su historia en el primer tramo del Gobierno de López Obrador, con 34 mil 682 víctimas de asesinato en 2019 y 34 mil 554 en 2020.
El país, señoras y señeres, está en calma, en paz. Pues con la pena, pero en el país hay una balacera de Dios padre. La verdad sea dicha (muletilla patrocinada por el Presidente y Morena), en el mundo de Liópez Obrador todo está en paz, en calma. En nuestro mundo la cosa está que arde y al parecer sin control.
Deténgase
Si usted pensaba que Gil no daría noticia de los resultados de la Eurocopa, no conoce usted a Gilga. Dinamarca, Italia, Bélgica y República Checa han pasado a cuartos de final. Los daneses son cubo de cemento armado, hacerles un gol cuesta vidas; Italia avanza taimada, como siempre, candidata a la final, pero sus jugadores tienen que modelar trajes, bufandas, calzado magnífico; los belgas, aburridos como una película de Fassbinder; los checos, lo mejor que Gil ha visto en la Copa, un tren de alta velocidad, han recibido contratos para filmar películas porno, pero se han negado.
Vienen partidos de alarido: Croacia vs. España, Francia vs. Suiza, Inglaterra vs. Alemania, Suecia vs Ucrania. Gamés se olvidará de todo para ver estos juegos. Ahora mal sin bien: Gil ha seguido igual los partidos de la Copa América y es como si viéramos otro deporte. Brasil vs. Ecuador, una vergüenza de partido. Y hablamos de Brasil. Patadones, jugadores en el pasto como si los hubieran balaceado, todos llorando por una falta, despejes sin vergüenza. Sin duda hay grandes jugadores, pero el deporte es otro. No somos nada.
Todo es muy raro, caracho. Como diría Paul Auster: “El futbol es un milagro que le permitió a Europa odiarse sin destruirse”.
gil.games@milenio.com