Gil estaba a punto de entrarle a unos panuchos de huevo con su lechuga, su cebolla morada, su aguacate y su chile habanero cuando sin decir agua va le dio el miminski. La borrasca y mal andanza le duró unos minutos, pero Dios es grande y Gamés regresó a esta página del fondo. Uff.
Ya en óptimas condiciones, Gil hesitó: ¿qué será del Estado de México? Sí, Gil vio el debate entre Delfina Gómez y Alejandra del Moral. Tremendo nembutal (así se decía antes). Según Gil, Alejandra del Moral ganó el debate. Gamés tuvo miedo de que Delfina dijera: ahora vamos a aprender las tablas de multiplicar. ¿Listos? Una maestra de niños y niñas, no muy chispeante, por cierto. Ale (así le decimos sus amigos) parecía empleada de bienes raíces: este departamento de 150 metros cuadrados es ideal para una familia pequeña y con muchas aspiraciones.
Parecía sencillo que Alejandra del Moral le arrimara el caballo a Delfi Gómez (así le decimos sus amigos). Gilga insiste: la maestra es una probada delincuente electoral, pero Del Moral la dejó ir viva. Y Delfina seguía: ¿capital de Nepal? Ésta es muy difícil. Sí!: Katmandú. Cómo sabe cosas este niño Mayito Delgado, en serio.
Gamés repite: tiene la mejor opinión de Ana Paula Ordorica, pero caramba, la moderadora modera y no acusa, denuncia y confronta a las candidatas. No vayamos a cambiar el formato porque los debates van a ser ocasión para los cadenazos, si ya de por sí. Oiga candidata, dirán quienes moderan, se dice que usted es una ladronzuela, ¿qué nos dice al respecto? Y Del Mazo, qué o qué. Mmm, se le hace a Gilga...
Gigantes colosales
El discurso del Presidente en el aniversario de la Defensa Patriótica del Puerto de Veracruz le pareció más bien a Gilga el espantable episodio y la jamás imaginada aventura de los molinos de viento y otros sucesos de feliz recordación que le ocurrieron al ingenioso caballero andante. Las citas y menudencias las ha traído Gilga de la versión estenográfica de la página de la Presidencia de la República.
Dijo Liópez Obrador: “(…) en nuestros días, que se habla en Estados Unidos de intervenir y de enfrentar a la delincuencia organizada, a los narcotraficantes dándoles un trato de terroristas y que por ese motivo van a venir a ayudarnos, a apoyarnos para enfrentar a la delincuencia organizada, también desde aquí, desde el puerto de Veracruz les decimos y que se oiga bien y que se oiga lejos: no aceptamos ninguna intervención”. Gilga se conmovió hasta las lágrimas, se desgarró las vestiduras y gritó no se sabe si de placer o de dolor.
Gamés ignora si había una bandera cerca del Presidente, pero es lo mismo: “En el caso de que se requiera defender el territorio, defender nuestra soberanía, no debemos de olvidar que ya, como lo mencionó el almirante Ojeda, son otros tiempos. México tiene mucha autoridad moral, tiene el respaldo de la mayoría de las naciones del mundo y cuenta con la fuerza de la razón y cuenta con la fuerza del pueblo, con la fuerza de la opinión pública. Ningún gobierno extranjero se atrevería a poner un pie en nuestro territorio. De todas maneras, si lo hicieran, no van a defender a México sólo los marinos y los soldados, vamos a defender a México todos los mexicanos”.
La defensa
Gamés abandonó el mullido sillón y en posición de firmes esperó órdenes. Al fin su celular vibró: sí, señor capitán Ramírez Cuevas, acá Gamés. Un momento, Gilga quiere ser sargento, ¿se puede? Bien, entonces todos a sus trincheras, esto ya empezó y viene feo, pero Gilga defenderá la soberanía del amplísimo estudio.
Cubran el sur con el destacamento al mando del heróico Fernández Noroña; no descuiden el norte y sigan a las huestes del estratega Mario Delgado. Gamés no rendirá la plaza por nada del mundo. Rodear el cerro sería lo mejor. En todo esto debe existir un cerro, y de ser así debe rodearse.
Entre ambos ataques pudiera desatarse un pleito: ¿quién le llamará al presidente Liópez para comunicarle las frases inolvidables?: señor, las armas morenas se han cubierto de betún. En fon.
Todo es muy raro caracho, como diría Jacinto Benavente. “Todo el mundo es teatro y todos somos en él comediantes”.