Política

Creamos problemas: somos infalibles

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El pecho de Gil no es bodega. Mju. Oh, sí. El CIDE estaba en calma, con muchos problemas y asediado por el gobierno, pero funcionaba, con grandes dificultades, pero había alguna oportunidad para el porvenir. Ah, pero viene la directora del Conacyt, Álvarez-Buylla, y con los métodos más charros, así se decía en otros tiempos, lanza una estopa con gasolina encendida al centro de la institución. Porque eso hizo la directora al nombrar en las condiciones más penosas y desaseadas al nuevo director del CIDE. Resultado: los estudiantes han tomado, al menos simbólicamente, las instalaciones; la Asamblea Académica Permanente protesta, exigen que se cumpla el pliego petitorio y lamenta la ilegalidad de la designación del doctor José Antonio Romero. Desde luego, el Presidente ya había infamado al CIDE y a quienes lo integran, a los que ahí han desarrollado su carrera docente y a los alumnos que en ella estudian, aprenden, producen ensayos, visiones diversas de México.

Una nota de Dalia Sarabia en Animal Político informó que “luego de participar en una votación electrónica, la comunidad estudiantil del CIDE decidió irse a paro indefinido”.

Paro indefinido

Paro indefinido, sin albur ni presunción. En una votación digital de los estudiantes, según dio a conocer la colectiva del CIDE, participó el 87% del alumnado, pues de los 484 estudiantes activos se recibieron 424 votos: “Hubo votos registrados de todos los programas académicos y generaciones con las que cuenta el CIDE al día de hoy, lo que contempla licenciaturas, maestrías y doctorados (…) Los representantes electos de todos los grupos, las colectivas estudiantiles y las sociedades de alumnos estuvieron encargados de comunicar con sus grupos la información relevante acerca de este proceso, resolver dudas pertinentes y vigilar que las elecciones se llevaran a cabo en orden y completa transparencia. No hubo notificación de irregularidades durante las elecciones”.

El Presidente afirma que todos los directores del CIDE colaboraron y fueron cómplices del neoliberalismo. Todos salvo Horacio Flores de la Peña.  El nombre, un flamazo en la memoria de Gilga que avivó con Wikipedia: un priista que fue secretario de Patrimonio Nacional durante el gobierno de Luis Echeverría, economista partidario de la amplia participación del Estado en la economía. ¿Así o más claro? Flores de la Peña, un nombre epifánico de aquellos políticos que destruyeron el México de esos años, ¿o no, ya vamos a defender también a López Portillo? En fin.

Así las casas (muletilla patrocinada por Bartlett), el paro se evitaría si las demandas contenidas en el pliego petitorio estudiantil fueran resueltas o se produjeran acuerdos creíbles y suficientes. Respecto a cuánto tiempo duraría esta acción, el 48% de los participantes votaron por que fuera indefinido o hasta que haya respuesta a sus demandas.

El autoritarismo no es un concepto que aparezca en los libros, se trata de una forma de gobernar con acciones como ésta que impone a un director del CIDE por las buenas o por las malas y háganle como quieran. Los alumnos del centro de investigación clausuraron simbólicamente la oficina del director interino José Antonio Romero Tellaeche. Fuera de su cubículo colocaron pancartas y leyendas en rechazo hacia él y contra su postulación para ser nombrado director definitivo. Gil meditó: crear problemas puede llegar incluso a convertirse en una rara habilidad, este gobierno es capaz de crear muchos conflictos al mismo tiempo, siempre encabezados desde la mañanera por el Presidente de la República. Un grito desgarrador rompió el silencio del amplísimo estudio: Ay, mis hijos, autoritarios, mentirosos, bravucones.

Gabinete de curiosidades

Loco: Individuo afectado por una enfermedad mental. Se dice también de los atrevidos, osados, aventureros y de quien no obra como el común.

El loco es quien ha perdido el juicio, el que carece de razón, y el que hace y dice disparates, como afirma el Diccionario de Autoridades. Y Sebastián Covarrubias: la voz loco era hija de loco (lugar), porque como los locos no tienen nada en la sesera, no podemos llamarlos personas o gente, sino que decimos loco (lugar) por no saber que nombre darle. En otros casos se afirma que en vasco loko  significa inestable y así se han comparado con los individuos que han perdido la cabeza.

(José Calles Vales: Procedencia de las palabras extravagantes. LIBSA. 2011).

gil.games@milenio.com

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Gil Gamés
  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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