Política

31 científicos

Escuchar audio
00:00 / 00:00
audio-waveform
volumen-full volumen-medium volumen-low volumen-mute
Escuchar audio
00:00 / 00:00

Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil vio cómo el fuego propagó sus llamas en la paja de la vida pública. Aigoeei. La directora del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla, denunció a un grupo de 31 científicos, investigadores, y académicos por peculado y uso ilícito de atribuciones y facultades. La noticia cayó como una bomba desprendida de un artículo de Raymundo Riva Palacio publicado en su periódico El Financiero. Según esta fuente periodística, como el rayo, el fiscal Gertz Manero obsequió, que así dicen los abogados, es decir solicitó con una diligencia pocas veces vista en nuestras fiscalías, una orden de aprehensión.

Gil caminó sobre la duela de cedro blanco con las manos entrelazadas en la espalda mientras se hacía una pregunta elemental, pero no por eso menos dramática: ¿de verdad vamos a meter a la cárcel a 31 científicos mexicanos por delitos al menos evanescentes que más bien parecerían provenir de apetitos vengativos? ¿El uso del poder para perseguir?  De que el Presidente dijo que no persigue a nadie, que todos tranquilos en sus lugares. Pues nadie se preocupa, salvo los científicos y una sociedad del conocimiento perseguida por sus enemigos.

Gil trajo de un libro magnífico, El ocaso de la democracia de Anne Apllebaum (Random House, 2021) esta cita que viene a cuento: “El autoritarismo es algo que atrae simplemente a las personas que no toleran la complejidad: no hay nada intrínseco de ‘izquierdas’ o de ‘derechas’ en ese instinto. Es meramente antipluralista; recela de las personas con ideas distintas y es alérgico a los debates acalorados”.

Todo es muy raro caracho. Gil a veces se pone una antenas largas para escuchar lo que se dice en la calle, así fue como oyó esto, y Gamés jura y perjura que no hay gato encerrado ni mentira aparente en esto: “Díaz-Canel y Maduro tienen aún muchas cosas que enseñar”.

Jugar golf

Esto que Gilga referirá tampoco es una mentira, a veces la verdad parece mentira, decía el escritor Daniel Sada: mientras Morelos atravesaba por una de las más crueles inundaciones después de que los ríos Yautepec y Laguna Seca convirtieron en una Atlántida de pobres a decenas de pueblos,Cuauhtémoc Blanco se dedicaba a jugar golf con dos hombres productivos, trabajadores, solidarios, ellos son Arturo Elías Ayub y Jorge Campos. Gran tercia de reyes.

La verdad sea dicha (muletilla del Presidente y de Morena), Como diría el escritor Alberto Moravia: que se hagan cargo quienes votaron por él. No lo decía del Cuau, obvio, sino de los votantes que olvidan por quién han votado.

El gobernador de Morelos prefiere jugar golf en lugar de visitar a los damnificados del estado que gobierna (es un decir). Respecto a nuestro ex portero, qué se puede decir, cuando interviene para hacer un comentario en un partido de futbol, puede decirse que tuvo un lamentable accidente vascular; por lo que toca al empresario, así le dicen, Arturo Elías, cuando aparece en su programa de los tiburones, todo indica que sufrió un lamentable accidente vascular, pero con más dinero que Campos, un accidente vascular multimillonario. ¡Granujas!

Gabinete de curiosidades

Laberinto: lugar con diversos caminos, rodeos, encrucijadas, de donde es muy difícil salir. Por extensión, se llama laberinto  cualquier circunstancia de difícil resolución.

Es palabra griega: laberynthos, y en latín labyrinthus. Aparece como cultismo en el siglo XVI. Parece que laberinto era una construcción de origen cretense: Plinio habla de cuatro grutas (los laberintos antiguos eran construcciones cerradas; los fabricados con setos y plantas son modernos). El primer laberinto fue obra de Dédalo (cuyo nombre se usa como sinónimo de laberinto); Dédalo era escultor y arquitecto; cuando un discípulo suyo inventó la sierra, Dédalo se vio atenazado por la envidia y mató al joven arrojándolo desde la Acrópolis de Atenas. Este crimen le valió la expulsión de la ciudad y fue desterrado a Creta, donde pronto empezó a trabajar para el rey Minos. Y fue precisamente Minos quien le ordenó la construcción del laberinto en la isla mediterránea, donde dicen que está el sepulcro de Zeus. Había otros laberintos en Egipto, en Lemnio ( de lujo imponente), y en Italia. Este último en realidad era una tumba: la del rey Etrusco Porsena.

 (José Calles Vales: Procedencia de las palabras extravagantes, Libsa, 2011).

gil.games@milenio.com


Google news logo
Síguenos en
Gil Gamés
  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.