Sí, aunque no lo crea hay una gran similitud entre la polémica ley garrote que entró en vigor el jueves pasado en el Estado de Tabasco, que castiga hasta con 13 años de cárcel a quien o quienes ilegalmente se manifiesten e impidan la ejecución de trabajos u obra pública, y la generada en el año 2016 en el Edomex con el entonces gobernador Eruviel Ávila, ahora Senador de la República.
Legislación aprobada en la tierra de nuestro presidente tabasqueño precisa que va encaminada a impedir extorsiones y chantajes para impedir se realicen obras públicas, que no es otra cosa que garantizar la construcción de la refinería Dos Bocas.
La del Estado de México buscaba eso pero de manera generalizada y por ello fue bautizada como la Ley Atenco o la Ley bala, pues establecía el uso de armas como primera instancia para disuadir manifestaciones ilegales o de carácter violento, lo cual fue modificado por la suprema Corte de Justicia de la Nación.
La ironía de ambas legislaciones está en Morena, pues fueron los políticos y simpatizantes de ese partido quienes bautizaron así la ley mexiquense, organizaron manifestaciones para detenerla porque a su parecer iba en contra de la libre manifestación y asociación. Hoy las cosas son distintas hacia lo vigente en Tabasco, incluso quien una ley garrote en todo el país. ¿No en esencia son lo mismo?, ambas están amedrentando, atemorizando a la libre asociación y manifestación.
No hay duda que el político cambia de parecer según la silla en la que esté, y hoy que están en la grande todo les parece normal, todo es favorable cuando se impulsa por sus líderes políticos, ¿ya se les olvidó que este tipo de leyes eran su principal reproche? Morena está fallando a sus principios como es este caso y sus seguidores no se han dado cuenta de ello.
¿Existen manifestaciones ‘armadas’, planeadas’, ‘compradas’ a efecto de dar un golpe político? Desde luego y eso lo sabe bien la izquierda, pues han sido los principales impulsores de manifestaciones con gente que acude por 100 o 200 pesos. No dudo de sus necesidades comunitarias pero al final de cuentas siempre han organizado mítines comprados para lograr la presión política. ¿Entonces ahora por qué tanta queja de Morena? En sencillo, desean que sus ahora opositores no utilicen esos recursos para impedir sus objetivos porque saben que funcionan.
A Morena se le ha olvidado su origen, su ideología en este tipo de hechos como son las manifestaciones y desde luego que no quieren presión social. ¿Se estarán ya desesperando apenas a 8 meses de gobierno?