Cultura

Nuestro lado más oscuro

  • Semillas de conciencia
  • Nuestro lado más oscuro
  • Gabriel Rubio Badillo

¿Cómo puede una persona llegar a casa con sus hijos después del trabajo, sentarse a la mesa para cenar con ellos, e irse a dormir con la conciencia tranquila sabiendo que pudo haber evitado la muerte de al menos 39 personas y no lo hizo?

En esta situación que nos parece increíble y que es por demás aberrante, se encuentran varios guardias del Instituto Nacional de Migración en Ciudad Juárez, Chihuahua, captados en un video en donde se dieron cuenta de los inicios del incendio del mal llamado albergue de migrantes, y el cómo éste se fue propagando, y prefirieron abandonar sus puestos y dejar a la gente que se quemara viva, en lugar de abrir las celdas y facilitar las rutas de evacuación, como lo marcan los protocolos de seguridad.

Esta clase de conductas en México no son sorprendentes por sí mismas; estamos habituados a que los criminales hagan cosas igual de terribles que esas.

Pero darnos cuenta de que las propias autoridades de Migración puedan tener la sangre fría para permitir que tantas personas perecieran quemadas, es algo espantoso e indignante.

La cereza en el pastel de la indiferencia y la crueldad, la coloca el Presidente: cuando se atreve a culpar solamente a los migrantes, y exonera en automático a las autoridades federales quienes mantuvieron las puertas de esas prisiones cerradas.

Ya se comenzó la investigación y hasta ahora, el único objetivo es ir tras el migrante que inició el incendio. Pero de la responsabilidad oficial, no se dice ni una palabra. ¿Qué podría ser peor todavía en este escenario? Que la sociedad nos quedáramos callados y que no le exigiéramos al Presidente una disculpa pública por el proteccionismo oficial que hace sobre esta masacre.

No podemos permanecer incólumes sin exigir que se castigue también a los responsables de la seguridad de esa prisión. Permanecer indiferentes como sociedad equivaldría a sumarnos a la crueldad de las autoridades, a la politiquería e irresponsabilidad del Presidente, y a ser parte del lado más oscuro de México: la barbarie, los funcionarios asesinos, y una sociedad cada día más indolente.

La preocupación oficial: las elecciones del 2024. ¿Y los muertos y heridos? No importan.

Gabriel Rubio

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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