El pasado 26 de julio, la legislatura local aprobó la Ley de Seguridad Social del Estado de México, a través de la cual se modificó el sistema de pensiones para los nuevos servidores públicos y se extendió de 62 a 65 años la edad de jubilación por vejez. Además, se autorizó al gobierno de Alfredo del Mazo a reestructurar una deuda pública de 43 mil 675 millones de pesos.
A pesar de la trascendencia de ambos temas, prácticamente sin discusión, en solo veinte minutos fue aprobada la primera reforma por la mayoría priista y sus aliados. Algo similar ocurrió con la reestructuración de la deuda, pues gracias a la ausencia de opositores pudo aprobarse con 41 de los 50 votos que se requerían para tener mayoría calificada.
Lo raro no es que se haya aprobado con la mayoría del PRI y sus aliados en la legislatura, sino por la ausencia de muchos diputados de oposición, que incluso habían anunciado su voto en contra. La lista llama la atención por la conocida proclividad de algunos nombres a negociar con el gobierno estatal, pero también por la inclusión de quienes se supone son una oposición auténtica.
Los opositores ausentes fueron: Edwin Álvarez, Areli Hernández, Sergio Mendiola, Raymundo Garza y Alejandro Olvera, del PAN; Juana Bonilla, Angélica Bernardino, Jesús Sánchez, Yomali Mondragón y José López, del PRD; Jacobo Cheja y Miguel Xolalpa, de MC; y Patricia Durán, Beatriz Medina, Guadalupe Ordaz y Abel Valle, de Morena.
La falta de estos últimos ha provocado incluso una reacción de la secretaria general de ese partido en la entidad, quien ha pedido a la presidenta nacional de Morena que esos representantes expliquen la causa de su inasistencia. Solo el diputado Vladimir Hernández estuvo presente y votó en contra.
La ausencia de estos diputados trae a la memoria una de las prácticas más conocidas del quehacer parlamentario, cuando se trata de apoyar al gobierno en turno. Hay que recordar que este fue un recurso utilizado para aprobar, por ejemplo, el Fobaproa en la época de Zedillo o la cuenta pública de algunos gobernadores mexiquenses.
Es necesario transparentar la actuación de estos legisladores. Se requiere saber cuál asunto de su agenda fue más importante que la aprobación de una ley que impactará el futuro de los trabajadores al servicio del estado, los cuales, de un día para otro, han visto alterado su plan de vida por un gobierno que ha preferido gastar más en campañas que en bienestar social.