La fundación de un nuevo Estado es un parteaguas en la historia mundial. Muchos han sido creados con base en ideales defendidos con las armas, para separarse del Estado que les dio origen y con el cual se tenía una relación desigual y subordinada. En estos casos, las razones de su creación han sido definitorias; marcan las pautas de su futuro desarrollo y dinámica. Este es el caso de los Estados Unidos (EU).
Apenas el martes pasado este país conmemoró 241 años de vida independiente. En 1776, las 13 colonias inglesas rompieron con la Gran Bretaña. El congreso de Filadelfia hizo la declaración el 4 de julio de ese año, aunque el rey Jorge III la reconoció hasta 1783, mediante el Tratado de París. De acuerdo con la declaración de independencia de EU, se fundó un país con personas iguales y con derechos inalienables como la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Precisamente una de estas libertades es la de expresión, garantizada desde la primera enmienda constitucional de 1791.
Donald Trump celebró su primer 4 de julio como presidente. Sin embargo, lo más relevante ocurrió en días previos, cuando nuevamente mostró un comportamiento agresivo, al difundir un video en el que simula golpear a la cadena televisiva CNN. Esto que parece ser un juego revela, en el fondo, su postura frente la libertad de expresión; demuestra su intención de limitar las críticas a su gobierno.
Todo parece indicar que a Trump no le preocupa garantizar los derechos consagrados en la Constitución de su país. No respeta la libertad de expresión y es un riesgo para una nación que se creó defendiendo dicho valor. El 4 de julio es una fecha que sirve para refrendar las libertades de EU, pero es difícil que alguien que desconoce la historia de su patria pueda acrecentar la grandeza de la misma, si atenta contra un valor fundamental como el de la libertad de expresión.
Este hecho aleja a EU de los ideales de sus padres fundadores. Los estadounidenses celebran otro aniversario de su independencia en medio del rechazo a su presidente. Allí se ha creado un ambiente de exigencia para que Trump sea destituido, por obstaculizar la justicia en las investigaciones sobre vínculos de su equipo de campaña con Rusia. Además, en un contexto de enfrentamiento constante con la prensa, parece ser que su gobierno afrontará graves riesgos, por su proclividad a restringir las libertades. En este contexto, se prevén días difíciles para el vecino del norte.